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Un sismo es un rompimiento repentino de las rocas en el interior de la Tierra. Esta liberación repentina de energía se propaga en forma de ondas que provocan el movimiento del terreno.

Redacción Los Conjurados

El 19 de septiembre de 1985 un terremoto magnitud 8.1 sacudió a la República Mexicana a las 7:17 de la mañana. Se desconoció el número exacto de muertos, aunque fueron miles; además, las pérdidas económicas superaron los 4 mil millones de dólares.

Años después, esa fecha sería utilizada para concienciar sobre la importancia de estar preparados ante desastres naturales; incluso, en 2001, se declaró como el «Día Nacional de Protección Civil»; los simulacros formaron parte activa de ese día, hasta 2017.

El 19 de septiembre de 2017, ocurrió en terremoto magnitud 7.1, entre los límites en Puebla y Morelos, que aunque cobró menos vidas que en el de 1985, provocó graves daños, y comenzó a sembrar la duda entre mexicanas y mexicanos.

Por si fuera poco, esa misma fecha de septiembre pero de 2022, ocurrió un sismo magnitud 7.7 ocurrió en Michoacán.

Con esos antecedentes, fue inevitable hacer las preguntas: ¿Existe alguna relación entre los 19 de septiembre y los terremotos?

SON IMPREDECIBLES

De acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional, no existe una técnica que permita predecir los sismos. Ni los países como Estados Unidos y Japón cuya tecnología es muy avanzada, han sido capaces de desarrollar una técnica predictiva de temblores.

Dado que vivimos en un país con gran actividad sísmica la única certeza que tenemos es que tiembla constantemente y que debemos estar preparados. Ante cualquier evento sísmico lo único que nos puede ayudar es la prevención.

RÉPLICAS SON NORMALES

Cuando ocurre un sismo de magnitud considerable, las rocas que se encuentran cerca de la zona de ruptura están sujetas a un reacomodo.

Durante este proceso se genera una serie de sismos en esta zona conocidos como Réplicas, las cuales son de menor magnitud y pueden ocurrir minutos, días y hasta años después del evento principal.

El número de estas réplicas puede variar desde unos cuantos sismos hasta cientos de eventos.

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¿QUÉ ES UN SISMO?

Un sismo es un rompimiento repentino de las rocas en el interior de la Tierra. Esta liberación repentina de energía se propaga en forma de ondas que provocan el movimiento del terreno.

OSCILATORIOS Y TREPIDATORIOS

Son escalas para medir el tamaño o el impacto de un temblor. La escala de magnitud se obtiene de forma numérica a partir de registros obtenidos por sismógrafos y está relacionada con el tamaño y la energía liberada durante un temblor. La escala de intensidad se asigna en función a los daños o efectos causados al hombre y sus construcciones.

La magnitud de un temblor está relacionada con la energía liberada en forma de ondas sísmicas que se propagan a través del interior de la Tierra. Para calcular esta energía y determinar la magnitud de un temblor se realizan cálculos matemáticos basados en los registros obtenidos por los sismógrafos de diferentes estaciones. En estos registros o sismogramas se miden algunas características de las ondas y la distancia a la que se encuentra la estación del epicentro. Estos valores son introducidos a una fórmula, obteniendo así la magnitud.

Existen diferentes formas de medir la magnitud, esto quiere decir que existen diversas fórmulas matemáticas para calcularla. De hecho, actualmente ya no se usa la escala de Richter original, la cual es algo antigua y en su momento se hizo para ser utilizada con un tipo de sismómetro que ya no se usa y en otra región geográfica diferente a México.

Las magnitudes que usamos ahora son: La magnitud de coda Mc, la magnitud de energía Me, la magnitud de momento sísmico Mw, entre otras. Cada una de estas formas de calcular la magnitud tiene sus ventajas y sus limitaciones. Algunas son más rápidas de calcular pero menos precisas, otras son más precisas pero su cálculo necesita más tiempo; unas son más confiables para sismos pequeños, otras para sismos grandes. Esta es una de las razones por la cual, para algunos sismos, la magnitud preliminar -la primera que se reporta- a veces se cambia un tiempo después, cuando ya se pudieron realizar cálculos más precisos.