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La columna de Erika Rivero Almazán


“¿De veras quieren que sea yo?”: preguntó con un tono de incredulidad Lilia Cedillo Ramírez, hoy la candidata más apoyada por la comunidad universitaria para convertirse en la nueva rectora de la BUAP, cuando le propusieron ser la anfitriona en Puebla de uno de los hombres más importantes en el mundo hace 10 años: Al Gore, en su gira por nuestro país durante su ardua campaña medioambiental.

Y de entre los cientos de científicos mexicanos, fue elegida Lilia Cedillo para acompañar a Al Gore, para presentarlo y hasta ser su traductora oficial. Dentro del equipo del excandidato a la presidencia de USA determinaron que dada las cartas credenciales de Cedillo, Al Gore sólo confiaba en ella para esa tarea.

“Fue un alto honor haber participado en ese evento, no lo esperaba, me puse muy nerviosa, la verdad… les pregunté varias veces, ¿están seguros que quieren que sea yo? (risas). Si bien doy clases en el Posgrado de Ciencias Ambientales en la Maestría y doctorado en Medio Ambiente y Salud, pensé que había muchos científicos talentosos en el área ambiental, pero me eligieron a mí. Recuerdo que el auditorio era muy grande pero por fortuna estaba muy oscuro, así que para no ponerme nerviosa no vi a la gente. Fue una experiencia inolvidable para mi, pero también para muchos universitarios, que ahora son ellos, los jóvenes los que nos corrigen la plana en el campo del cuidado del medio ambiente, que saben que debemos cuidar lo que tenemos porque es un legado para las nuevas generaciones”, platicó la académica a la historiadora Celina Peña en el programa Mujer Tenía que Ser. Celina Peña -Una mujer en la ciencia, con una bata de laboratorio, es difícil de ver en México, ¿cómo ha logrado eso?

Lilia Cedillo: “Al menos en el área de la salud, si hay más mujeres: no llegamos al 50 por ciento en comparación con los hombres, pero es el campo que más generoso se ha comportado con las mujeres para dejarlas entrar. Son muchos años de estudios, no quiero utilizar la palabra de “sacrificio” porque cuando uno está convencido de la que hace, no es un sacrificio, es una motivación para hacer las cosas. Y lo bueno que observo de nosotras las mujeres es que, cuando de verdad estamos convencidas de hacer las cosas, no hay nadie que nos pare. Tal vez, lo postergamos, por asumir roles de mamás, esposas, hijas en el cuidado de los padres mayores, en fin. Son pausas necesarias que nos sirven mucho para valorar nuestro quehacer en la vida”.

Celina Peña -Qué decirles a las niñas que pueden ser científicas y además asumir todos estos roles que dice, ¿se puede?, ¿y a qué costo? Porque los hombres en eso nos llevan mucha ventaja, ellos jamás se detienen… ¿Cómo ser científica y a la vez tener una familia?

Lilia Cedillo: Es una posición complicada. Cuando una voltea en el tiempo, nos preguntamos cómo le hice yo, cómo me organicé, cómo fui capaz de sacar fuerzas… con tanta presión por todos lados. Pero siempre lo logramos de alguna forma. Cuando mis alumnas me hacen esta pregunta, yo les respondo: curiosamente las mujeres somos más productivas en lo académico y en lo profesional en la misma etapa en que podemos ser madres. Nos podemos casar y empezar una vida diferente en la academia. Pero ojo, hay que tener conciencia de que el tiempo jamás regresa, entonces, debemos hacer estas pausas valiosas, siempre pensando que esa pausa es eso: transitoria, y que cuando regresemos lo vamos a hacer con más ánimo.

Me acuerdo que cuando nació mi hija mayor, el primer día que yo tuve que dejarla para ser sinodal en un examen de postgrado, recuerdo que mi cerebro no estaba en el examen, mi cerebro estaba en mi bebé… y si llora, y si me extraña, y el biberón, con todo y que sabía que estaba bien cuidada y en el ambiente adecuado.

Poco a poco te vas desligando de esa preocupación, pero no es fácil al principio. Te ayuda la emoción y la pasión con que haces tu trabajo. Vuelves a ese ambiente y te vas relajando para afrontar los retos. Pero sí, es complicado.

Por que te diré que cuando nación mi segundo hijo, ufff, fue todavía más complicado, porque tenía un bebé, y una niña pequeña. Cuando regresé a trabajar, tenía mes y medio y no le gustaba el biberón. Yo le dejaba todos listo, leche materna, y además mi mamá me ayudaba a criar a mis dos hijos mientras trabajaba. Mi mamá me llamaba al trabajo para decirme “este bebé no come, se va a morir de hambre”… terminaba rápido de trabajar y me regresaba volando a la casa de mis papás para alimentar a mi hijo… Eso me costó mucho más trabajo. Claro que te remuerde la consciencia, piensas, pobre de mi hijo, de mi mamá que es que está batallando ahorita, pero son etapas muy significativas hasta para mis hijos.

Ahora ya están grandes, pero de niños tuvieron que acompañarme a dar clases, a dar conferencias, y ellos tuvieron que aprender a guardar silencio, a comportarse y a ser educados, y creo que también a valorar al trabajo y el esfuerzo que hace su mamá. Es importante que los niños vean lo que sus padres hacen.

Celina Peña: Pero los tiempos de las mujeres no son los tiempos del CONACYT, por ejemplo, es decir, la edad si es importante en la ciencia y la investigación, y muchas mujeres se ven en desventaja ante los varones porque los apoyos gubernamentales, académicos y de la iniciativa privada tienes que cumplir cierta edad en donde también se empalma con la de ser madre…

Lilia Cedillo: Si, es verdad. Va acompañado de un alto costo académico y en la investigación, por ejemplo, yo tuve que renunciar a uno de estos apoyos porque no me dio tiempo de publicar. Ahora ya ha cambiado un poco esto, porque les dan un poco de más tiempo a las científicas que son mamás, pero sí tenemos muchas desventajas.

Incluso, desventajas sociales. Recuerdo de un caso que un investigador quedó viudo, y todas sus compañeras lo apoyaron con el cuidado de sus hijos, con hacerle el super, con algunas tareas, en fin. Es decir, somos más solidarios con los varones que con las mujeres, porque muchas mujeres investigadoras se dedican a la crianza de sus hijos completamente solas, y sin ninguna ventaja.
Celina Peña. ¿Qué le falta a la ciencia en México para impulsar a las mujeres?

Lilia Cedillo. Hace falta que los investigadores nos acerquemos a las niñas, que desde esa edad sepan que existe una forma de vida distinta, como la investigación en la ciencia. Necesitamos tratar de impulsar la curiosidad.