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Los Conjurados, la columna de Erika Rivero Almazán

Con el triunfo electoral de Acción Nacional en la capital y en toda la zona conurbada de Puebla, el próximo alcalde Eduardo Rivera y la presidenta estatal Genoveva Huerta se convierten en referentes en el escenario político de Puebla.

Y en los próximos años veremos la transfiguración del PAN: tras la contundente victoria de Eduardo Rivera Pérez el Yunque o la ultraderecha regresa con nuevos bríos y con un plan fijo puesto en la gubernatura.

Y por parte del ala post-morenovallista encabezada por Genoveva Huerta, como dirigente del PAN y como diputada federal reactiva su fuerza, tras los buenos resultados electorales que rindió ante el CEN de su partido y la consolidación de ‘sus candidatos’, distribuidos tanto en la capital como en el interior del estado.

Sin embargo, los esfuerzos no fueron suficientes: a pesar de la derrota que tuvo Morena en la alcaldía de Puebla, (hasta este momento del conteo rápido) ganó en 11 de los 15 distritos electorales federales y 16 diputaciones de 26 locales: esto es, los poblanos del interior del estado siguen confiando en la marca Morena, el partido del presidente.

Esa es la carta que utilizará el Yunque para pedir a Marko Cortés la cabeza de Genoveva Huerta, y ocupar el más importante bastión para controlar al partido: la presidencia del Comité Estatal.

Sin embargo, es muy posible que Genoveva Huerta alce la mano para reelegirse como líder estatal.
¿Podrá?, ¿le alcanzarán las fichas?

Esa es la realidad que ahora pinta en Puebla: el PAN, y los dos grandes grupos que lo conforman, regresen por sus fueros.

Una vez librada la batalla del 6 de junio, en las elecciones más importantes del país, como muchos las calificaron, ahora se verán las caras y la competencia entre ambos para comandar al PAN poblano.
Ya sabemos que la lucha será encarnada.

Como suele ser la competencia en Acción Nacional.

Porque sería la última pieza que faltaría en el rompecabezas de Eduardo Rivera va armando, con miras a la gubernatura.

Mientras, el PRI muestra sus heridas que vaya que dolieron en la zona conurbada. Aunque fue arropado por el PAN en la alianza, hay preguntas que no tienen aún respuesta, ¿no hubo operación al interior del PRI?, ¿Alito olvidó Puebla? ¿Qué cuentas rendirá Néstor Camarillo cuando tuvo candidatos muy competitivos y que perdieron en un escenario benevolente para la Alianza, como fue en la capital poblana con Xitlalic Ceja en el distrito 6 federal y Soraya Córdoba en la local del distrito 20?

Por otra parte, Morena queda herida de muerte en la zona conurbada: los poblanos castigaron sus malos gobiernos y en donde ‘el carisma’ de AMLO no jugó.

Juntos no hicieron historia.

Definitivo.

Al final, Morena no fue suficiente como marca para soportar la candidatura de Claudia Rivera Vivanco, y tampoco a Karina Pérez Popócatl en San Andrés Cholula, ni a Julio Lorenzini en San Pedro, y así sucesivamente en los municipios que buscaron la reelección.

La reelección, ahí, no gustó.

Y los poblanos no estuvieron dispuestos a repetir con gobiernos municipales poco efectivos, dinamitados también por la amplia votación de los ciudadanos, que no se dejaron intimidar ni por un supuesto rebrote de Covid, ni por la violencia que se respiró en las últimas semanas antes de la elección.

La clase media salió masivamente a votar.

E hizo la diferencia.

Otro factor que pesó, sólo en la zona metropolitana, fue los pleitos interno del partido vino tinto. Los poblanos de la urbe, por lo visto, sí seguían las noticias y están más politizados: a nadie le gustó la indefinición desde quién era el presidente del partido, pasando por el desastroso proceso de selección de candidatos, otros más impresentables (caso Saúl Huerta) y otro tanto, las ruedas de prensa virtuales en donde se atacaban entre Claudia Rivera, Gabriel Biestro y hasta el gobernador Luis Miguel Barbosa.

Sin embargo, como ya comentamos, la alianza conformada por Morena, PT y PVEM obtiene (hasta el medio día del lunes) el 43.4 por ciento de los votos; mientras que el PAN, PRI y PRD, 37.5 por ciento. Esto es, aún Morena es mayoría en el Congreso.

Por cierto, de la chiquillada, el partido que está a punto de perder el registro es Redes Sociales Progresistas.

En síntesis, en cuanto a las diputaciones federales, Morena, PT y PVEM ganó los Distritos 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 13, 14, 15, es decir, los que se ubican al interior del estado, dominando la Sierra Norte del estado, la Sierra Negra, la región de Tehuacán, la Sierra Mixteca; y la zona de Atlixco.

Mientras que la coalición conformada por el PAN, PRI y PRD ganó los distritos 9, 11 y 12, con cabecera en la capital del estado; así como el distrito 10 con cabecera en Cholula.