La columna de Erika Rivero Almazán
No nos referimos a Blanca Alcalá Ruiz, la diputada federal y expresidenta municipal de Puebla.
Sino a su hija: Karina Romero Alcalá, integrante de la planilla por coalición con el alcalde Ed
uardo Rivera, y actual secretaria de la Igualdad Sustantiva de Género en el Ayuntamiento de Puebla.
Es un hecho que el PRI, con todo y sus números débiles que arrojó en la reciente elección, existe un proyecto para estar presente con candidatos ‘fuertes’ que aparezcan en la boleta electoral del 2024, negociando desde estas alturas con quien por ese momento es su principal aliado: el PAN.
“Buscaremos a candidatos fuertes para encabezar la alianza electoral, el PRI no va a ser la cola del tren” (Los Conjurados Noviembre 22.2021)
El principal ejecutor del proyecto es, por supuesto, Jorge Estefan Chidiac, coordinador de la bancada de diputados priístas.
En una reunión reciente con sus conjurados, expuso un rankeo de posibles nombres con la estatura para poder competir por la alcaldía de Puebla.
En caso de que la negociación con los azules así lo permitiera: que el PRI impulse a un candidato a la gubernatura por el PAN, y el PAN lo haga por un priísta de la capital.
Esta es una posibilidad.
En primer lugar, aparece el nombre de José Chedraui Budib, el eterno aspirante a esta posición y desde hace 6 años ejerce la batuta en el Comité Municipal del PRI, instancia defenestrada y fantasmal.
De ahí que tras la salida de un tal Humberto no se qué, se intente impulsar a un presidente con más ‘tierra’ entre la maltratada militancia, aunque un desconocido entre la farándula política: Sebastián Hernández Orozco.
A ver cómo le va.
Sigamos con la lista.
José Chedraui es quien encabeza las preferencias, por así decirlo, con sus relaciones inmejorables con el CEN del PRI, con Alejandro Moreno y con el sector empresarial, tanto federal como local: un rostro priísta más panista no puede haber.
Nestor Camarillo, actual dirigente estatal, también está en la lista. Con un nivel de conocimiento que requiere de mucha atención, y que desde su lugar como diputado está buscando encontrar una posición.
Incluso, se expuso el nombre de Isabel Merlo Talavera, actual diputada y secretaria general del PRI.
Y fue cuando Blanca Alcalá entró al ruedo.
Por supuesto que aparecía en esta lista: la excandidata a la gubernatura tiene el mejor conocimiento y posibilidad de voto, con su influencia a nivel nacional y cierta popularidad en lo local.
Muchas veces a aparecido en la boleta electoral de Puebla, y ha ganado. A excepción de la gubernatura en el 2016.
Ahí, en esa mesa, fue cuando Alcalá propuso otra idea.
Salirse de la lista para proponer otro nombre: a Karina, su hija.
Y, mostró sus números.
Karina Romero es una mujer joven, guapa, con talento y bien aceptada en el grupo panista, además de reconocida por el propio alcalde Eduardo Rivera Pérez.
A falta de personajes femeninos en el PAN para lo local, Karina podría ser un punto de entendimiento y fusión con ambos partidos.
Por supuesto que contaría con todo el respaldo de su mamá.
Sus relaciones y experiencia.
A Jorge Estefan le gustó la idea.
Y el cónclave priísta le dio luz verde: para moverse, para buscar aliados, para crecer.
De ahí que pronto veremos con una mayor presencia a Karina Romero, desde su secretaría de Igualdad Sustantiva.
Y también, con la venia del alcalde Eduardo Rivera.
A ver cómo le va.