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<strong>Erika Rivero Almazán</strong>
Erika Rivero Almazán
Directora Los Conjurados

En política todo es percepción: ¿cuál es el mensaje que está mandando el PAN al enviar a su dirigente del Comité Municipal por un distrito asignado al PRI, cuando el propio Jesús Zaldívar Benavides aseguró que no utilizaría la plataforma de la dirigencia como un trampolín político para buscar una candidatura?

Un mensaje muy abstracto.

Zaldívar lo dijo muchas veces en varios medios de comunicación. Incluso, se lo comentó el periodista Rodolfo Ruiz en su programa que mantiene en el portal e consulta:

– ¿A qué cargo de elección popular estás aspirando?

-A ninguno, a ninguno, a ninguno (lo dijo 3 veces) … y te lo digo acá.

Al menos, para cuidar las formas hubieran mandado a otro panista, pero no a uno de sus dirigentes.

El mensaje es desesperado.

Además, por mucho que vayan en alianza en esta elección, llegando al Congreso local cada quien responderá a su bancada.

¿Zaldívar responderá al PRI? Obvio no.

Tendrá que renunciar al PRI y reintegrarse al PAN.

Eso es desorden.

Desaseo.

Es raro ver la documentación membretada del PRI con el nombre de Jesús Zaldívar (le pusieron Saldivar, por cierto) para acreditarlo como su candidato por el distrito 10 local, con cabecera en Puebla.

¿Qué no había un lugar para el dirigente Zaldívar en su propio partido?

La desesperación tiene muchas caras.

Y se demuestra de muchas maneras.

Ya lo vimos.