La UNCTAD hace un llamado a la coordinación entre las autoridades nacionales y supranacionales para abordar estos desafíos.
Redacción Los Conjurados
Según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), la economía global experimentará un modesto crecimiento del 2,4% en el presente año, en comparación con el 3% registrado en 2022. Este estancamiento económico afectará a la mayoría de las regiones, con algunas excepciones puntuales.
La UNCTAD destaca que la economía mundial se encuentra en una situación complicada, caracterizada por trayectorias de crecimiento divergentes, un aumento en las desigualdades, la concentración de los mercados y una creciente carga de deuda. Además, no se observan señales claras de recuperación a corto plazo.
En respuesta a esta perspectiva sombría, la UNCTAD sugiere que se necesitan cambios en las políticas económicas, incluyendo las de los principales bancos centrales, así como reformas institucionales que se habían prometido durante la pandemia de COVID-19.
El informe de la UNCTAD resalta que la recuperación económica tras la pandemia es desigual, con algunos países, como Estados Unidos, Japón, China, Brasil, México, India y Rusia, mostrando resiliencia, mientras que otros enfrentan desafíos significativos.
En cuanto a la desigualdad, se identifica como uno de los mayores desafíos, especialmente en los países en desarrollo, donde la brecha de riqueza está en constante aumento. La UNCTAD advierte que esta desigualdad podría socavar aún más la frágil recuperación económica y obstaculizar el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La deuda es otro problema destacado, ya que muchas economías de renta baja y media han experimentado un aumento significativo en su deuda externa pública en la última década. La UNCTAD señala que casi un tercio de estas economías están al borde de una crisis de deuda, lo que requiere medidas urgentes para evitar que más países lleguen a su límite de capacidad financiera.
La UNCTAD hace un llamado a la coordinación entre las autoridades nacionales y supranacionales para abordar estos desafíos, promover un crecimiento inclusivo y estable, y garantizar la sostenibilidad financiera y económica a largo plazo. También sugiere que el papel de los bancos centrales debe ampliarse más allá de las metas de inflación para impulsar el desarrollo económico y financiero.
En resumen, la UNCTAD destaca la necesidad de políticas equilibradas y coordinadas para lograr una economía resiliente, inclusiva y estable que beneficie a todos.