La columna de Érika Rivero Almazán
Como si no fuera suficiente los enormes retos que las mujeres debemos alcanzar a través de los siglos para alcanzar la tan añorada igualdad y equidad, ahora en la agenda del Día Internacional de las Mujeres se coloca otro eslabón más a la cadena, uno muy incómodo, pero de la que se tiene que hablar: la agenda transgénero.
¿Es la agenda transgénero en nuevo enemigo a vencer de las mujeres?
Complicado.
Analicemos varios puntos:
“No permitiremos que las conquistas alcanzadas por generaciones de mujeres, beneficien a hombres que dicen ser mujeres”, asegura Mujeres del Frente Nacional por la Familia e Iniciativa Ciudadana sobre la Agenda Transgénero, misma que “pretende desdibujar a la mujer para dar paso a hombres que se autoperciben como mujeres para ocupar espacios destinados a ellas en deportes, política, programas sociales, espacios públicos e íntimos”.
Y es que existe una corriente de pensamiento de grupos de mujeres que consideran que los hombres que se conciben como mujeres (trans) y que exigen estos espacios conquistados por las mujeres, actúan desde un nicho de privilegio, ya que por el sólo hecho de haber nacido hombres ya ocupan un espacio de poder.
Es por eso que estos espacios de conquista milenaria de las mujeres no deben ser ocupados por los trans, por ejemplo: las cuotas de género para mujeres en la Cámara de Diputados, Senadores, gobiernos, municipios y partidos políticos, así como por ejemplo en las competencias deportivas: un trans siempre llevará una enorme ventaja por su herencia biológica y fuerza física.
Ni hablar de los espacios privados e íntimos, como los baños públicos: ¿qué tan cómodo será para un trans con pene entrar a un wc exclusivo para la practicidad de las mujeres?
Ejemplos como estos hay miles.
De igual forma, los programas sociales dedicados a las mujeres son o deberían ser prioritarios por el hecho de que las mujeres llevan la responsabilidad de dar comida, cuidado, mantenimiento y protección a sus hogares, a sus hijos, y a veces hasta a sus propios padres o familiares. ¿Será el mismo papel para los trans?
¿Será verdad que por el sólo hecho de nacer hombres, esta comunidad trans debe ser excluida de la lucha y las conquistas de las mujeres?
Es decir, ¿las mujeres ahora debemos ceder terreno en las cuotas de género arriba descritas para aquellos hombres que se autoperciben como mujeres?
Por ejemplo, Ruth Sánchez Hernández, Coordinadora Estatal de Iniciativa Ciudadana en Chihuahua, hizo un reconocimiento a las mujeres que, por décadas, por siglos, han luchado porque hoy puedan estar frente a un micrófono levantando la voz y porque puedan ser tratadas como iguales, y afirmó que “no permitiremos que estos logros beneficien a hombres que dicen ser mujeres, hombres que han pasado su vida como hombres, cuya biología y cada célula en su cuerpo confirma su sexo como varones, sin importar los cambios estéticos que hagan en sus cuerpos, o los cambios hormonales que atentan contra sí mismos” y enfatizó “No permitiremos que sean hombres los que nos diga cómo ser mujeres”. (Comunicado de prensa de Mujeres del Frente Nacional por la Familia. Marzo 8. 2022)
El camino de por sí es bastante fangoso: no sólo urgen programas de refugios para mujeres víctimas de violencia, la reinstalación de estancias infantiles, escuelas de tiempo completo, sino la enorme deuda en la equidad salarial, los servicios de salud femenina y la justicia social, sobre todo en el ámbito de la seguridad: de ahí que los feminicidios y los violaciones se hayan incrementado en nuestro país de manera exorbitantes: por ejemplo, las violaciones en contra del género femenino (incluido las niñas) se han incrementado casi en un 30%.
Por eso creo que discutir y segregar la agenda transgénero es ponerle una raya más al tigre al complicado escenario femenino.
En esta diversidad, hay opiniones como la de Lizbeth Hernández Lecona, representante de Iniciativa Ciudadana: “la vida e integridad de nuestras niñas y mujeres no puede ser una agenda relegada frente a propuestas ideológicas falsamente inclusivas que pretenden borrar y desaparecer a las verdaderas mujeres… Millones de mujeres están a cargo de ancianos, niños y enfermos, esto tiene un alcance social y económico poco valorado, muchas veces despreciado, pero esa función sostiene la estabilidad de nuestro país y contribuye al funcionamiento social, es por eso que generar leyes y programas con perspectiva de familia repercutirá en un beneficio directo para las mujeres, pues somos nosotras pilar esencial de la familia y pilares en la construcción del bien común de nuestra nación”.
Sin embargo, creo que en términos de conquista de cuotas y la búsqueda de la equidad, los grupos de las identidades sexogenéricas son minoría, y por tanto, cualquier esfuerzo que se realice para visibilizarlas será mejor y más sano para cualquier comunidad, tanto en México como en todo el mundo.
Porque si somos sinceros, los trans tampoco son tomados en cuenta en la cuota de género de los hombres. Los trans están también fuera de la toma de decisiones y de oportunidades.
A excepción de las competencias deportivas, en donde no hay discusión sobre la ventaja biológica masculina, las identidades sexogenéricas en su plano de desarrollo social, familiar, profesional, merecen el respeto, consideración e integración.
No podemos darle la espalda.
Y si el 8 de marzo es un día conquistado por sangre y lágrimas de tantas mujeres, bien puede servir para abrirle la puerta a otras minorías que nos necesitan.
¿Por qué no?