La columna de Érika Rivero Almazán
La frase “voy por la candidatura al gobierno del estado” es la ausencia constante en el discurso de Eduardo Rivera, motivo que despierta inquietudes y nerviosismo en los panistas y en los integrantes de la alianza electoral del PRI y PRD, la cual, por cierto, aún no cuaja.
Ya es popular en las mesas políticas la percepción de que el alcalde de Puebla evita hablar sobre la gubernatura porque en realidad no va a competir; y de ahí, se desprende la idea de que la intención soterrada de Lalo es reelegirse en la presidencia municipal, ya que es la plaza que más tiene dominada, tanto en conocimiento como en preferencias electorales: ahí tiene su mayor rating.
Los argumentos que se manejan al respecto tienen cierto sentido: son verosímiles: ya sea porque la marca PAN ante MORENA ya lleva desventaja en tendencias nacionales, porque hay división dentro del albiazul, porque los priístas no ceden y ponen condiciones con altas expectativas, porque el PRD no aporta, en fin.
Sin embargo, no dejan de ser posibilidades sustraídas de suposiciones, porque ‘en corto’, el edil poblano afirma estar dispuesto a ir por todo para el 2024. El ‘pero’ es que no lo hace ante los medios, las cámaras o ante un micrófono: no lo hace públicamente.
Y en estos tiempos de indefiniciones y de arenas movedizas, las indefiniciones dan mucho miedo porque hacen que la incertidumbre se multiplique.
Sin embargo, también es posible que eso que reconoce ‘en corto’ Eduardo Rivera, de que sí va porque va, puede ser cierto.
Y no por mera intuición, sino porque es posible que el alcalde ya conocía las tendencias electorales y sus números, que sin lugar a dudas, se han de parecer mucho a las cifras que entregó recientemente la encuestadora BEAP (Buró de Estrategias y Análisis del Poder).

En este estudio, el 55% de los poblanos rechazan la propuesta de que Eduardo Rivera se reelija como alcalde de Puebla.
En otras palabras, más del a mitad de la población ya no estaría dispuesta a volver a votar por él. Y no se trata de un voto de castigo por un mal desempeño, sino porque la reelección es un tema que no gusta a la mayoría de los mexicanos, y más a los poblanos.
Con la pregunta específica: “Como usted sabe, los Presidentes Municipales ya se pueden reelegir… ¿Usted está DE ACUERDO o en DESACUERDO en que el actual presidente municipal Eduardo Rivera busque la candidatura del PAN para competir nuevamente por la Presidencia Municipal?”.
El 55% dijo estar en desacuerdo, mientras que el 33% estaría de acuerdo en la reelección, el 7% opina “mas o menos; y el 5% no contestó. (La encuesta se realizó entre el 21 y 28 de marzo reciente a mil poblanos de la capital cara-cara).
De ante mano, el alcalde sabe plantearse ir por la reelección, al menos en este momento, ya cuenta con un rechazo de antemano; mientras que por la gubernatura, prácticamente va solo. Claro, a menos que toque en Puebla toque mujer, y entonces, el esquema sería una vuelta de 180% para el PAN y para la alianza.
Pero eso sería otra historia.
Por ahora, en Eduardo Rivera se concentra la mejor opción para la oposición. Y faltaría observar si sus adversarios cometen errores de los cuales él podría salir beneficiado, como elegir mal a su candidat@, un perfil débil, con muchos negativos y que sea emanad@ de una imposición desde Palacio Nacional, o bien, que MORENA se consuma por el canibalismo de sus grupos y que también ello influya en la selección de su candidat@ a la presidencia municipal de Puebla, decisión vital para asegurar los votos de la zona conurbada que representa el 40% del resultado electoral.
El camino por recorrer del alcalde aún es muy largo.
Pero iniciaría con el pie derecho si dijera las palabras mágicas: sí voy.