La columna de Rodolfo Rivera Pacheco
Comenzamos el quinto mes de 2022 y ya ha pasado medio año de las gestiones municipales en el Estado de Puebla y ya solo falta año y medio para que se definan candidaturas para todos los puestos de elección popular que se disputarán en 2024. Pero falta un mes para las elecciones de Gobernador (Diputados y Alcaldes solo en algunos) en 6 Estados de la República. Y un año para otras dos elecciones estatales (una en el Estado con padrón electoral más grande del país, o sea Edomex). Y el siguiente, por supuesto, cuando elegiremos (al menos en Puebla y otros 15 Estados), prácticamente todos los cargos de representación popular. O sea… nunca deja de haber elecciones en este país.
Por esa razón, absolutamente todo lo que ha pasado y seguirá ocurriendo en nuestro país (y Estado) se circunscribe a la lucha electoral por venir. Todo.
El Presidente y su partido (y aliados que acompañan a MORENA, PT y PVEM) mueven sus piezas para intentar seguir en la preferencia de la población y gane en los muy próximos comicios estatales y después en la elección presidencial. La Consulta de Revocación de mandato, la lucha por la reforma eléctrica y ahora por la reforma electoral, todo tuvo y tiene finalidad electoral.
Ciertamente no es el mejor momento para el Presidente pues un porcentaje muy bajo de electores salió a votar en la revocación de mandato, por los motivos que hayan sido. Tampoco se aprobó su reforma eléctrica ni se le aprobará (como está) la reforma electoral. La oposición se ha unido para intentar derrotarlo y de hecho MORENA perdió decenas de curules en 2021. Pero aclaremos puntos ciertos y falsos.
Efectivamente, los Diputados de oposición a MORENA en el Congreso de la Unión, lograron que no se completaran las dos terceras partes de votos necesarios para reformas constitucionales. Pero tampoco son mayoría aún, ni siquiera uniéndose.
El Presidente y su partido ya no tienen la misma fuerza que en 2018 (cuando arrasaron la elección presidencial con más de 30 millones de votos). Pero todas las tendencias electorales en las elecciones de este año (6 Estados) colocan a MORENA y sus candidatos como los mejores posicionados, además de que más de 60% de los ciudadanos (en algunos sitios más de 70%) sigue aprobando la gestión del Presidente López Obrador.
En otras palabras, sí ha “bajado” el Presidente y MORENA en preferencias… pero tampoco “está en la lona”. Creo con franqueza (basándome en ejercicios demoscópicos en Puebla y en los Estados donde habrá elecciones este año) que aún con todo lo que ha venido pasando, el desgaste gubernamental, los errores de sus militantes y gobernantes en los Estados… MORENA aún sigue a la cabeza en preferencias electorales a nivel nacional y en la mayoría de Estados.
Pero es cierto, la oposición está luchando por seguir unida, pues sus líderes saben perfectamente que yendo cada uno por su lado no le pueden ganar a MORENA y quien fuera su candidato. Su problema es que aún no tienen un candidato carismático que enfrente al poderío de las preferencias por MORENA-AMLO.
Vaya, si Andrés Manuel López Obrador buscara la reelección… casi es un hecho que ganaría. Pero ni está permitido en la Ley, ni creo que AMLO desee ir en contra de todo lo que ha pregonado durante décadas.
Entonces, todo lo que ha venido haciendo el Presidente es con fines electorales y la oposición cae puntualmente. López Obrador necesita de un enemigo al cual culpar y combatir y sus opositores le dan los motivos cada día.
Pero el problema más grande para MORENA ni siquiera está en la oposición. Está dentro del propio partido y militancia. La definición de candidato presidencial dividirá demasiado al Partido del Presidente y eso también tendrá consecuencias en la definición de candidatos a las Gubernaturas en 2024 (Puebla incluido).
Si el Presidente impone como candidata a la Presidencia a Claudia Sheimbaun, casi es un hecho que Marcelo Ebrard no lo aceptaría y muy probablemente buscaría la postulación por otro (s) partido. Movimiento Ciudadano o el PVEM (o juntos y hasta con el PRI; el PAN no creo que se sumara a esa candidatura) estarían listos para recibirlo y lanzarlo. Y ahí si agárrese quien pueda: Por supuesto que Sheimbaun podría perder, aún con la fuerza de MORENA (pues muchos simpatizantes prefieren a Ebrard como candidato).
Si el candidato a la Presidencia es Marcelo Ebrard, podría haber menos división, pues Claudia Sheimbaun podría perfectamente ser Senadora de la República y esperar mejores tiempos para su postulación, además de que la militancia y simpatizantes no verían mal al hoy Secretario de Relaciones Exteriores.
Entonces, esa definición incidirá directamente en quién sea candidato a la Gubernatura de Puebla en 2024. Por eso, créanme, nada está definido. Y todo puede pasar. Nadie tiene la postulación en la bolsa, pero tampoco nadie está fuera de la contienda (como manejan con filias y fobias la mayoría de periodistas y columnistas de la aldea). Repito mil veces: Aún van a pasar demasiadas cosas rumbo al ya cercano 2024.
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