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La columna de Érika Rivero Almazán

“Sin el apoyo del gobernador ni yo, ni nadie puede”, es el primer argumento del senador Alejandro Armenta cuando comenta sus intenciones de ganar la candidatura a la gubernatura de Puebla para el 2024.

Intenciones más que conocidas a nivel aldea, local y nacional.

Los filtros son muchos, los obstáculos sobran, la incertidumbre sobra: “no tengo la obsesión pero sí la decisión”.

Dice que su cercanía con el senador Ricardo Monreal lo beneficia, aunque muchos otros consideren que lo perjudica: Monreal, tan cerca y tan lejos del presidente López Obrador.

¿Será el presidente el que tome la última decisión en la selección de candidatos a las gubernaturas? Por supuesto, aunque las lecturas de las encuestas pesan cada día más en la mesa de selección de MORENA, porque Puebla, siendo uno de los 5 estados decisivos en la victoria nacional, es importante no equivocarse en este movimiento del tablero, que en el caso del estado, el gobernador Luis Miguel Barbosa tiene el fiel de la balanza: “Nadie puede ganar sin el gobernador”.

-¿Y cómo te ve el gobernador?

Como una opción, así me lo dijo, y con esa venia, para mi es suficiente para seguir trabajando, que es lo único que sé hacer: caminar, escuchar, sentarme a analizar, a estudiar… me gusta la gente, los números, la ciencia te lleva a caminos más certeros y te ayuda a tomar decisiones mejores… esa es mi apuesta, la única… lo demás que venga, ya no está en mis manos… no sé que pase mañana, pero el hoy lo estoy aprovechando al máximo…

Y sí: muestra su celular con cronómetro en cuenta regresiva… en donde cada día, cada hora, cada minuto cuenta.

-¿Te ves compitiendo en una interna con Nacho Mier?

Si, por supuesto, pero no sólo con él, la lista de quienes aspiramos a la candidatura es más larga, veo a muchos y a muchas…

-¿Muchas, como a quién?

A Claudia Rivera, por ejemplo, no se puede descartar a nadie, en MORENA hay hombres y mujeres trabajando, y tienen todo el derecho…

-¿Es posible que el presidente elija a Nacho Mier por ser “su candidato”?, se comenta mucho la cercanía que hay entre ambos…

No, no veo ese escenario, es decir, sólo porque es “mi cercano, mi amigo”, no. El presidente ha demostrado ser serio y un buen estratega. Por algo llegó a donde llegó. No, no lo veo.

-Tu partido tiene muchos problemas internos, de estructura ¿cuánto te afectará eso en tus intenciones?

En todos los partidos pasa eso, es parte de la vida democrática, y no me asusta: el PAN, el PRI, en fin, todos los partidos están pasando por eso. Pero en MORENA veo que se están poniendo de acuerdo, tenemos un buen líder estatal (Aristóteles Belmont) que está ordenando la casa y está trabajando duro en el interior del estado. No, no me preocupa en lo más mínimo.

-¿Cómo la llevas con tu expartido, el PRI?

Muy bien, hay muchos priístas que, por obvias razones, me están apoyando… por ejemplo, Mario Rincón, con quien competí, ahora está apoyándome. Estoy muy agradecido con muchas personas con las que me he topado en mi vida, que ahora me están dando un voto de confianza. Y qué bueno, porque me gusta sumar, estoy sumando. Estoy convencido de que no hay otro camino… y te sorprenderías con cuantos panistas he platicado.

-¿Ves a Eduardo Rivera como tu rival en el PAN?

Si.

-¿Es cierto que Movimiento Ciudadano se acercó para invitarte a ser su candidato?

Jajajaja, no me iría de MORENA, es mi partido. No me veo en Movimiento Ciudadano.

-¿Cuál es el pendiente que más te preocupa de Puebla?

La economía y la seguridad. Tengo varios proyectos y analizo varios estudios que han dado resultado para reactivar la economía: el campo juego un papel importantísimo, hacerlo producir y lograr que sus productos se vendan mejor, agregando tecnología. El turismo y el sector empresarial también tienen una importancia vital.

-¿Te duelen los periodicazos o las críticas de tus adversarios; son cada vez más rudas, no?

Los tomo como una crítica, pero nada más. No me duelen, no me desalientan. Nada de eso. No creo en la confrontación. Aspiro a ser como el gallo de madera (ríe).

-¿El gallo de madera?

Es una historia japonesa, una fábula taoísta. Mi maestro de artes marciales me lo contó hace mucho tiempo. Un alumno llegó con su sensei y le pidió una oportunidad para entrenar al gallo de pelea para el rey: es el mejor, se pelea con todos y les gana. El sensei le respondió que no, porque no estaba listo. El alumno se retiró reflexivo. Pasó el tiempo y regresó con el mismo gallo y le dijo a su sensei: maestro, permita a mi gallo pelear, ahora elije mejor sus peleas y les gana a los mejores. El sensei le dijo que no. Pasó más tiempo, y el alumno no se dio por vencido: maestro, le traigo a mi gallo: ahora se pasea entre los gallos más bravos sin miedo, y ninguno le hace nada, al contario, se retiran de su camino para dejarlo pasar, y mi gallo se muestra inmutable, imperturbable. El sensei le respondió: ahora tu gallo está listo: puede salir a pelear.

-¿Y ya estás listo para pelear?

No sin antes ponerme dos bolsas de hielo en la cabeza, no sólo una, como diría el clásico de Melquiades Morales.