La columna de Juan Rodolfo Rivera Pacheco
El proceso electoral próximo ya ha comenzado. En 2023 se elegirá Gobernador en el Estado con padrón electoral más grande -Estado de México- y en Coahuila (que sin ser muy importante electoralmente hablando es de los últimos Estados gobernados por el PRI, por ello es de resaltar). Y desde luego, es evidente que también ha comenzado ya (el propio Presidente López Obrador lo ha provocado intencionalmente) la lucha por la Presidencia de la República en 2024, cuando elegiremos Presidente, Gobernadores (Puebla incluido), Senadores, Diputados Federales y locales, y Alcaldes (en Puebla 2017).
Todos quienes tienen alguna aspiración electoral ya han comenzado a trabajar su mentado “posicionamiento”, para intentar colocarse en la mente de los electores y ya buscan espacios en sus respectivos partidos para lograr una ansiada candidatura.
El problema es que los actuales partidos importantes de México (al menos los que tienen posibilidades reales de ganar cargos) atraviesan por una seria crisis de unidad y al momento actual, no se ven horizontes despejados en ninguno de ellos. Veamos.
MORENA es el partido que lleva la delantera en preferencias en la mayoría de zonas del país. Y no tanto porque le partido esté bien organizado o sus militantes sean un grupo unido y con objetivos comunes. No. Su fuerza se la da su líder y fundador, el actual Presidente de la República. Pero si él no existiera, es casi un hecho que MORENA tampoco existiría.
En días pasados sus dirigentes nacionales y locales anunciaron que finalmente habrá un proceso interno para elegir Consejos Estatales y Nacional y de ahí surjan unas dirigencias estatal y nacional electas democráticamente. Reales, pues. Pero al día de hoy hay tantos liderazgos locales, precandidatos estatales y presidenciales, que todos querrán meter mano en las mentadas Asambleas y lo más seguro es que éstas terminen en tremendos conflictos internos. Es la naturaleza de la izquierda en México: Siempre luchando entre sí por tradición y… formación ideológica (la unidad y lucha de contrarios hegeliana-marxista siempre la han llevado hasta sus últimas consecuencias… y todos sus partidos terminan por desaparecer).
Y eso que no mencionamos el tema del padrón de militantes de MORENA. Que ni existe y ni está autorizado por el INE. Me pregunto cómo habrá elecciones de Consejeros en las Asambleas, si no hay Padrón en el que todos estén de acuerdo. Habrá denuncias de acarreo, falsos militantes y no sé si cualquiera podrá a ir a registrarse y votar en ellas. Total: Aunque MORENA tiene buenas preferencias hoy, sus conflictos internos pueden debilitarlo seriamente y las luchas por las candidaturas serán de antología y entonces fortalecerán a una oposición que hoy no tiene buenas perspectivas.
El PAN es hoy el principal partido de oposición. Pero tampoco está en un muy buen momento. Por sí solo ya no ha podido ganar elecciones importantes y se tuvo que aliar con sus enemigos históricos -PRI-PRD- para poder ganar en algunos lugares. Hoy tampoco cuenta con un liderazgo nacional firme y que provoque al electorado a volver a votar por ellos en la elección presidencial. Sus posibles pre-candidatos simplemente no entusiasman al electorado (Anaya, Mauricio Vila, Marko Cortés, etc.) y han tenido que recurrir a evaluar a figuras externas a ver si aceptan ser candidatos (Lily Téllez y hasta Carlos Loret de Mola).
Pero además también ha iniciado una lucha interna por la dirigencia nacional. Marko Cortés ha perdido ya varios Estados y está seriamente cuestionado por Gobernadores y ex Gobernadores. Ahí también viene una lucha interna feroz… que los debilitará ante la fuerza de MORENA.
El PRI vive hoy su más seria crisis de la historia. Ni cuando perdieron la Presidencia en el año 2000 estaban como están hoy. Ya solo gobiernan dos o tres Estados (en alianza con el PAN). Y si el PAN no puede ganarle solo a MORENA, el PRI mucho menos. Se ha convertido en un partidito local en algunos Estados y en otros hasta ha perdido el registro (algo inédito en la historia contemporánea de México). Y agreguen la muy cuestionada gestión de Alejandro Moreno Cárdenas como su líder actual, acusado de corrupción, clientelismo y de la perdida de ya varias Gubernaturas desde que llegó como dirigente nacional… y se completa el muy triste panorama tricolor en el país. El PRI ya no ganará más que en algunos Municipios pequeños y muy rurales en el país. Se convertirá en un partidito “bisagra” y negociará posiciones. Y aunque agoniza seriamente, no muere del todo aún.
Los demás partidos se conformarán con seguir siendo franquicias que se alían (venden) con el mejor postor. Ni PVEM, ni PT, ni MC, ni mucho menos el PRD ganan algo por sí solos (salvo algunos entornos locales, por pleitos por candidaturas en partidos grandes). Los partiditos locales también siempre son un buen invento de alguno de los grandes, para hacer dizque alianzas “ciudadanas”, pero siempre terminan por perder el registro. Una vacilada, pues.
Entonces… ante tal crisis partidaria en México ¿Por qué votará el elector en 2023 y 2024? Bueno, en elecciones locales cada entorno es distinto y pesa mucho quién sea el candidato. MORENA es el partido con mejores preferencias hoy, pero si lanza candidatos malos, desconocidos o desprestigiados, la alianza de otros partidos con mejor candidato sí que le puede ganar. Cada Estado y municipio será caso distinto.
Pero a nivel nacional, creo que MORENA sí puede volver a ganar la Presidencia. Es mucho el peso de Andrés Manuel López Obrador todavía en el subconsciente colectivo de los mexicanos. Claro, si no hay un mega conflicto por la candidatura presidencial y alguno de sus aspirantes se sale del partido y se va a una alianza opositora (¿Monreal? ¿Ebrard? ¿Los dos juntos?).
Entonces resumiendo: Los partidos hoy atraviesan por una seria crisis que los debilita ante el electorado. Pero el menos malo en preferencias es MORENA a nivel nacional. Aunque si una alianza opositora lanza buenos candidatos, sí le pueden ganar en entornos locales. Entonces ¿Partido o candidato? Creo que una mezcla de ambos dependiendo el entorno nacional o local.
Eso sí, falta también evaluar cómo se encuentra el país en economía, inseguridad, salud, para cuando se acerquen elecciones, pues eso también afecta la decisión de voto de los mexicanos.
O sea… créanme una vez más: No hay nada escrito en definitiva para los próximos procesos electorales. Se llama incertidumbre democrática y era lo que deseábamos los mexicanos por décadas. Ahora nos aguantamos.
Eso sí, habrá más trabajo que nunca para los Encuestadores serios. Ja.
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