La columna de Érika Rivero Almazán
“Sí voy por la gubernatura. Quien piense que estoy ‘muerto’ se está equivocando terriblemente”: este es el mensaje real que se esconde en el evento masivo que Ignacio Mier Velazco está organizando en Cholula Center (antes Plaza Rubí), ahora un salón de fiestas ubicado en la recta a Cholula, en el cual está registrando 4 mil personas, (como para sacarse la espinita del evento de la descafeinada plaza de la Democracia, ¿se acuerda?).
Bajo el disfraz de dar su informe de labores como coordinador de la bancada de Morena de los diputados federales, este sábado el diputado federal y persona cercanísima al presidente López Obrador, invitó a la plana pesada de la política nacional, incluyendo a las ‘corcholatas’ como Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, aunque este tema de los aspirantes a la presidencia está aún en veremos, para no herir susceptibilidades de invitar a unos sí y a otros unos no.
Se incluyen gobernadores de Morena, senadores, a 60 diputados federales, funcionarios del gabinete presidencial, líderes de partidos políticos, y principalmente al dirigente nacional de Morena, Mario Delgado.
Como es sábado, pues estarían participando en su día de descanso.
Pero la pregunta del millón surge ¿Nacho invitaría al gobernador Luis Miguel Barbosa?
Aún no hay definición.
El protocolo político más elemental diría que sí.
Aunque el nivel en el que están las cosas entre ambos, la respuesta será que no.
De sobra se sabe que la relación no es mala: es malísima.
Y La respuesta del gobernador fue inmediata… y no fue buena.
En su mañanera de este lunes, Barbosa advirtió que el diputado está violando la ley al colocar publicidad política y que incluso deberá pagar una multa.
“Seguro este personaje va a ir a chillar a la federación, va a decir: me están atacando, es fuego amigo, ésa es la costumbre del chillón ese”, tronó el gobernador en contra de Nacho.
Y mientras, el alcalde Eduardo Rivera aceptó que ya se está retirando la publicidad del diputado federal porque no se permite que se pegue publicidad política, y será sancionado, “aprovecho para pedirles a todos los actores políticos que eviten ser sancionados porque en el polígono del Centro Histórico de Puebla no está permitido colocar publicidad política”.
Queda claro que este sábado Ignacio Mier quiere mandar un mensaje claro de fuerza, de ‘músculo político’.
Es bien sabido del alcance de Nacho en la política nacional.
De su cercanía con el presidente Obrador.
Nadie lo duda.
Lo que no queda claro es qué sucederá con su relación con el gobernador Barbosa.
Y ese sí será un dique para sus aspiraciones a sucederlo.
La frase de ‘gobernador no pone a gobernador’ no aplica a cabalidad para el 24: queda clarísimo que el gobernador tiene y puede influir diametralmente en la sucesión: nadie tiene la operación política, electoral y ahora, con Morena, partidista como él.
Barbosa es el gran fiel de la balanza en la búsqueda de la candidatura a la gubernatura de Puebla.
Y eso todos lo sabemos.
¿Qué pasará con Nacho?
Le falta infraestructura, equipo y se quedó sin fichas dentro de Morena Puebla. Tampoco le gusta ‘hacer tierra’, no camina, no busca y no se encuentra con los liderazgos en el interior del estado.
No le interesa seguir esa estrategia de empolvarse los zapatos.
Su apuesta, hasta este momento, es totalmente mediática.
Espera ser elegido por el presidente.
Puede que le resulte.
Y puede que no.
Su apuesta es muy arriesgada.
Ya veremos.