Los Conjurados
Erika Rivero Almazán
Mario Riestra Piña tiene un secreto que ya no se lo aguanta, y lo anda ventilando en redes sociales. Normalmente eso ocurre cuando uno trae buenas noticias y nuestro pecho no es bodega: naturalmente se nos queman las habas por contarlo: “va a ver sorpresas, van a ver, yo sé lo que les dijo, la elección para presidente del partido será por Consejo Político, pero aguas, habrá sorpresas, yo sé lo que les digo, no se vayan con la finta, yo sé lo que les digo”, dice Mario Riestra con una sonrisa de oreja a oreja que trata de esconder.
Pero no puede.
¿A qué se refiere con eso de las sorpresas?
Riestra ha estado tocando puertas en el CEN desde hace mucho tiempo.
No se le hizo la alcaldía de Puebla.
Pero ahora quiere la presidencia estatal del PAN.
Y sabe que para lograrlo debe pasar por encima del grupo hegemónico de Eduardo Rivera.
Y así lo hizo.
No tuvo que picar mucha piedra, si somos sinceros.
El viento que sopló a su favor fue el escándalo del socavón financiero de más de 600 millones de pesos, y sus complejidades políticas que aún no empiezan pero que ya huelen a escándalo; esa es la verdad.
Las malas noticias viajan rápido y llegaron a oídos de Marko Cortés y Jorge Romero, quienes le exigieron a Eduardo Rivera que desistiera de proponer a Adán Domínguez como su alternativa para la presidencia del PAN.
El cartucho estaba quemado.
Y Eduardo no tuvo alternativa.
Debió desechar a su cómplice.
Sin embargo, con todo y este antecedente, la dupla Cortés-Romero estaba dispuesta a respetar el acuerdo con Eduardo Rivera para aceptar el cuadro que el exalcalde le presentara como opción.
El problema fue que el bateador emergente que le llevó fue un personaje de medio pelo y de más triste recuerdo, responsable del extermino del otrora bastión panista de Atlixco, Felipe Velázquez Gutiérrez, y que como secretario de gestión y desarrollo urbano fue responsable del proyecto de bacheo… y ya sabemos cómo nos fue con eso.
Fue entonces que Mario Riestra volvió a tocar la puerta de Cortés-Romero, recordándoles que él era una opción vigente y disponible.
Entonces le abrieron la puerta.
Recordemos que el Consejo Estatal de Puebla y que será el órgano que elegirá al próximo presidente del PAN, está dividido en 3 grandes fuerzas: el de Genoveva Huerta, el de Mario Riestra y el de Eduardo Rivera.
No hay más.
Con esta información significa que Mónica Rodríguez Della Vequia y Edmundo Tlatehui quedan fuera de la contienda.
La operación “planchado rápido” en el Consejo Estatal ya empezó.
¿Mario Riestra logrará rebasar por la derecha a Eduardo Rivera?
Por supuesto.
Siempre han sido adversarios, rivales y nunca han compaginado en nada.
Y si me apuran, han sido hasta enemigos.
Claro que Riestra intentará todo con tal de sacar de la jugada a Rivera.
Cueste lo que cueste.