Compartir es amor

La columna de Erika Rivero Almazán

Llegamos a la fecha de la matraca y el tambor batiente del 8M y la marcha tan esperada por muchas mujeres… lo que sabemos de este 8 de Marzo es que en el próximo proceso electoral en México, existirá por primera  vez en su historia una presidenta de la República, como también sabemos que en Puebla, de 10 mujeres que llegarán a ser candidatas (tras intensas pruebas de ácido previas), sólo 2 podrán ganar, y que de los 217 municipios, más de la mitad jamás han sido postuladas mujeres, y posiblemente seguirán así en los próximos 10 años.

¿Cómo es posible esta disparidad de realidades para las mujeres poblanas?

Bienevid@s a la dimensión desconocida.

Porque sí, habrá una mujer presidenta en este país, pero también, como nunca, las mujeres han sido violentadas y vulneradas en todos sus derechos, hasta en los más básicos: en su salud, seguridad, oportunidades y su ingreso en la política.

Hablemos sólo de Puebla:

Nuestro estado ocupa el primer lugar en embarazados adolescentes, en donde niñas hasta de 10 años se convierten en madres en condiciones de pobreza y marginación; somo el quinto lugar en trata de personas: en específico de mujeres y niñas.

Hay muchos ejemplos y cifras que exponer, pero tan sólo éstos dos ejemplos nos arrojan una realidad: con todo y el desbordamiento en las tecnologías de la comunicación y al acceso de la información a través de dispositivos digitales, las costumbres familiares arraigadas en donde los hombres siguen siendo prioridad, bajo un sistema patriarcal que continúa ejerciéndose en todas las instituciones, contamina el camino de las mujeres para su desarrollo con igualdad de oportunidades y libertad.

Los gobiernos y su aplicación de políticas públicas nos quedan a deber: mientras no se impulsen desde los Congresos celeridad en la aprobación de leyes y los estados y municipios no etiqueten presupuesto para las dependencias encargadas de defender los derechos de las mujeres, todo queda en una lista de buenos deseos electorales que nunca se cumplen. 

O avanzan en velocidad tortuga.

Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, nosotras, como ciudadanos?

Mucho.

Es la fecha en que el 76% de las parejas, en su primera relación sexual, no utilizan un método anticonceptivo, debido a que los hombres se oponen a usarlos, o bien, las mujeres no son bien vistas por sus parejas si ellas lo proponen. 

Y dos de cada 10 poblanas no encontraron el suministro de métodos anticonceptivos, aunque los buscaron y solicitaron.

Aquí hay una luz roja para todas las familias poblanas: ¿Cuál es el rol que están jugando los padres? Tanto la madre como el padre se oponen a hablar del tema con sus hijos adolescentes, y mucho menos están dispuestos a darles información o herramientas para enfrentarse a su vida sexual.

La sexualidad en Puebla, en pleno 2024, sigue siendo un tabú, principalmente, para las niñas y adolescentes, que se enfrentan a ese mundo con miedo, duda y con un sinfín de prejuicios.

De igual forma, advertir a nuestros niños y jóvenes sobre la detección de la violencia en todas sus relaciones: no normalizar conductas que generen odio y menosprecio hacia las mujeres.

Una educación desde casa en donde niños y niñas cuenten con igualdad de tareas, oportunidades y valoración individual es fundamental, para que cuando crezcan sepan distinguir cualquier foco de violencia y saber alejarse de esas relaciones o, en su caso, alzar la voz y denunciar las injusticias.

En el mundo de la política también a Puebla no le va bien: en el proceso electoral del 2018 ocupó el primer lugar en denuncias por violencia política de género, lo que demuestra sólo una cosa: entre más mujeres participan en la boleta electoral y más oportunidades tienen de acceso al poder, más es la resistencia masculina, que responde con actos de violencia, tanto física, como emocional, y abarca ahora medios digitales, de comunicación y redes sociales: el ciberacoso actualmente ya está tipificado como delito.

Un avance en esta materia es la Ley 3 de 3, en a partir de estas elecciones, ningún agresor de su familia, de mujeres o deudor alimentario, pueda postularse para ser candidato.

Este viernes 8 de marzo veremos a las mujeres, las colectivas y agrupaciones de mujeres alzar su voz. 

Ojalá que los candidat@s que buscan nuestro voto estén a la altura de las circunstancias para proteger a un sector que todavía busca justicia, valoración y libertad.