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En la presentación del libro participaron la directora de Los Conjurados, Erika Rivero Almazán, la historiadora Celina Peña Guzmán, el poeta Mario Alberto Mejía y Fabían Valdívia, director de Cultura del Ayuntamiento de Puebla.

Redacción Los Conjurados

“Cuando la realidad se vuelve tan dura, inventar nuevos espacios se vuelve un acto de fe”, comentó Danner González, escritor mexicano de talla internacional al presentar su primera novela, “Tiene que saberlo Mariana”, en el patio del Palacio Municipal; el evento fue organizado por la Comisión de Arte y Cultura que encabeza el regidor Leobardo Rodríguez Juárez.

En la presentación del libro participaron la directora de Los Conjurados, Erika Rivero Almazán, la historiadora Celina Peña Guzmán, el poeta Mario Alberto Mejía y Fabían Valdívia, director de Cultura del Ayuntamiento de Puebla.

Erika Rivero habló sobre la obra de Danner González: “Cuando entrevisté a Danner González, me comentó que en el momento que escribía su primera novela, Tiene que Saberlo Mariana, y su libro de cuentos Amores Posmodernos, gracias a que ganó una beca de la Fundación Antonio Gala en el 2009, (que le permitió pensar, reflexionar y imaginar mucho); en aquellos días, todo el país experimentaba una violencia muy cruda que nos confrontaba, que nos orillaba a una súbita depresión, inmovilidad, y fue entonces que recordó aquella frase: 

“Cuando la realidad se vuelve tan dura, inventar nuevos espacios se vuelve un acto de fe”.

Y claro que es un acto de fé tener este libro en nuestras manos: no sólo por lo que ya sabemos que exige la creación artística y en estos tiempos de sequía pos-pandemia, sino de la búsqueda que exige al  creador llevar una propuesta, cuestionándolo todo, empezando por la vigencia del género de la novela, ahora que la inmediatez de las micronaciones efímeras de las redes sociales nos indican que la noticia de hoy, en búsqueda de los tan anhelados likes, en la tarde ya no lo es, y el olvido es lo único vigente.

Esta novela fragmentada, que juega en todo momento con la verosimilitud y te hace perder el sentido de dónde está realidad en una ciudad como Mariana, que cuando se esfuma su M, se convierte en Ariana, una urbe taciturna en donde ni los suicidas mueren con ingenio en sus subterráneos metafísicos, y que por cierto, ya quisieran las ciudades más modernas del mundo.

Mariana es el lugar de búsqueda, que a fuerza de no existir, tiene que ser inventada.

Sus personajes, insatisfechos y biliares como Celestino Teixeiro, César Mateos, Epígono Velázquez, Niño Cabrón, transitan por una ciudad que se vive en fragmentos, como los bites en los sistemas de comunicación digital que vivimos diariamente en el ciberespacio a través de las redes sociales.

La novela de Danner es imagen, es fragmento, es metaficción, y de vuelta, vuelve a ser novela que lo cuestiona todo, lo confiesa todo, pero sin explicarlo, porque cuando uno explica algo, se rompe el encanto.

Danner González lleva al lector a hilvanar una historia contada por sus personajes voraces que viven en Mariana, ¿o es Mariana que lo cuenta a través de sus personajes voraces?, ¿o es el propio autor que se fragmenta y se disuelve un poco en Cesar Matos, otro poco en Celestino Teixeiro, un tanto más en Niño Cabrón, otro tanto en el pintor Epígono Velázquez, en un intento de eternizar su co-existencia.

El escritor sucumbe ante la tentación de eternizarse en sus textos, y lo hace, se aventura.

Juega.

Se atreve.

Y va por más contándonos las particularidades de la Santísima Cofradía de la hermandad del Gran Gato Supremo Inmaculado y todos sus misterios de esta orden secreta, su paso por Pacomistán, una micronación jacobina que brinda refugio a los prófugos, apátridas, desarraigados, canallas con la única obligación de aprehender el arte, a como diera lugar, hasta atascarse.

Mariana es también protagonista, ¿porque cuántas veces las ciudades se han convertido en personajes centrales, de nuestras historias, de nuestras vidas? 

Mariana es la realidad que se empeña en parecer la ficción, ¿o es la ficción la que se empeña en parecerse a la realidad en Mariana?

Eso ya no importa cuando uno compró un boleto de ida para viajar a la ciudad de Mariana, lugar del cual es posible que uno ya no regrese, nunca jamás.

Les comparto el ‘acto de fé’ de Danner González, que me encantó y me hizo morir en una equina de calle sin nombre en la ciudad de Mariana, contraesquina Pagina 59: 

“No es posible que un ser humano tenga tan escasa dignidad como para resignarse a ser un mediocre feliz y suponer que esa es vida. Yo pienso que si la vida no duele, si no muerde, si no acicatea, sino se rompe los cojones, no es vida, es un eterno agonizar bajo pequeñas dosis de muerte, lenta y taciturna”.