La columna de Érika Rivero Almazán
Marko Cortés no se fue por las ramas:
“Amigos, el adversario está afuera, no está en la casa del PAN, los que estamos aquí podemos tener diferencias, pero al final hay una doctrina que nos une y es nuestra responsabilidad cuidar al país, y en este caso, a Puebla”…
El presidente nacional del PAN no vino a levantar la mano de nadie.
Tampoco a defender a nadie.
A su juicio, el escenario es claro:
- Augusta Díaz de Rivera es la nueva presidenta del PAN Estatal.
- El proyecto electoral más maduro del 24 para la gubernatura se llama Eduardo Rivera Pérez.
- El PAN no es de un solo grupo, y tras aclarar de que ‘el adversario está afuera’ hace un llamado de unidad: y es urgente.
- ¿Y eso qué quiere decir? Pues que el ala tradicional del PAN deberá abrir los espacios de participación, dado que los morenovallistas, genovistas o como gusten llamar, están fuera de la pizarra de anotaciones; y por ende, el ambiente panista se corta con un cuchillo: imposible ocultar el sol con un dedo: hace falta una operación cicatriz, y pronto.
- Si el ambiente metropolitano está frío, se espera una helada al interior del estado: el trabajo de escuchar, y compartir las rebanadas del pastel no será nada fácil.
- Porque la voracidad continúa en ambas partes: y ninguna quiere ceder: una porque ganó, y la otra porque perdió. El conflicto es que el margen entre ambas posiciones no es tan amplio como aplastar al competidor.
- El problema en Acción Nacional es complejisímo, por dos situaciones: no hay un Rafael Moreno Valle que de un manotazo en la mesa; pero sobre todo, porque el PAN no es el PRI: no basta con que venga su líder nacional a poner orden, e inmediatamente, la militancia se ‘alinie”: eso no existe en el bando azul… por eso el bando rojo está sumamente nervioso.
- Y es que Marko Cortés, partidario de la necesidad de la alianza electoral para enfrentar con posibilidades de competencia el 2024, observa con preocupación a Puebla, dado que Alito ya le expuso que en este estado no prevalece una congruencia ni en la acción ni el discurso sobre ir juntos: el punto en concreto es que el PAN Puebla se quiere llevar la gubernatura, la alcaldía de Puebla y el primer lugar en la fórmula del senado, como mínimo, para participar en una alianza con el PRI y el PRD.
- Es decir, el pastel electoral de la alianza para el 24 (que aún ni existe) también se debe tomar en cuenta no sólo a todos los grupos del PAN, sino a los aliados priístas y perredistas.
- No es un secreto para nadie. El propio presidente del PRI Estatal, Néstor Camarillo, ya lo hizo público en su más reciente declaración: “Si el PAN pone candidato a la gubernatura, el PRI deberá llevarse la candidatura a la alcaldía de Puebla, o viceversa: vamos a participar en una alianza activa, dinámica e igualitaria… nada de andar menospreciándonos, descalificándonos… no queremos agravios, porque entonces, sí vamos a saltar” (Los Conjurados. Febrero 22.22).
- De ahí la intrincación del PAN: no sólo quiere la gubernatura, sino retener sus canonjías en la capital y la zona conurbada.
- Marko Cortés, si bien reconoció la ventaja del grupo del alcalde Eduardo Rivera y de Augusta Díaz de Rivera, también coló en sus declaraciones parte de sus filias: “Genoveva Huerta fue generosa al apoyar a Eduardo Rivera, por ser el mejor posicionado; esta conducta debe permanecer en el espíritu del panismo poblano”….
- Aquí tampoco hay ningún secreto: Marko Cortés mantiene un significativo distanciamiento con el Yunque: las familias custodias le pusieron el pie para su llegada a la dirigencia nacional; de ahí que Marko, desde su llegada a la dirigencia nacional, haya confeccionado un elaborado entramado nacional de apoyos con los liderazgos regionales: ése ha sido su secreto para mantenerse en la presidencia. Es por eso que, hasta la fecha, mantiene lealtad en sus lazos, y por ende, la cercanía con la diputada Genoveva Huerta es real. Los genovistas, incluso, no la descartan para verla en la boleta del 24.
- Pero, la pregunta es obvia: ¿el PAN tradicional aldeano le dará oportunidad? La respuesta es abierta y ambigua, tanto como las aspiraciones del PRI poblano.
- La visita del presidente nacional del PAN es un primer paso, de un largo camino sinuoso, tortuoso, en el que todo puede ocurrir.