La columna de Fernando Manzanilla
En los últimos días me he encontrado a varias personas que me han compartido que están atravesando momentos incertidumbre y angustia por no poder sentirse tranquilos, dado el contexto global que nos envuelve.
Me han confiado que las múltiples olas de contagios provocadas por la pandemia de COVID-19, el surgimiento de nuevos virus, así como la crisis ambiental, económica, la inflación, la guerra de Ucrania-Rusia y la imperante inseguridad, son algunos de los motivos que literalmente les “roban” el sueño y la tranquilidad.
Estos síntomas forman parte de lo que se conoce como estrés, una respuesta psicológica y/o física no específica del organismo ante un estímulo que puede ser un evento, persona u objeto.
En México el estrés es un padecimiento más que común. De acuerdo con un estudio elaborado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), nuestro país se encuentra en el top de naciones con mayor estrés laboral del mundo, ya que se ha detectado que el 75% de los mexicanos padece fatiga laboral, superando incluso a países como Estados Unidos y China.
Incluso, recientemente se presentó un proyecto de reforma para actualizar la tabla de enfermedades de trabajo, que no sólo agregará 88 nuevos padecimientos al listado, sino que también reconocerá por primera vez trastornos mentales como el estrés o la depresión.
El estrés desencadena una serie de síntomas emocionales, conductuales, cognitivos y fisiológicos que causan ansiedad, agotamiento, dificultad de concentración, dolor de cabeza y espalda, falta de sueño, entre otras afecciones.
En ese sentido es que se hace urgente emprender estrategias para mejorar el manejo de estos síntomas que se presentan ante circunstancias complicadas de la vida, las cuales difícilmente dependerá de nosotros cambiarlas.
Es por ello que dicen que cuando no podemos modificar una situación, no queda más que transformarse, ante lo cual la meditación se presenta como una alternativa imprescindible para lograrlo.
La meditación se ha practicado por miles de años. Originalmente el propósito de la meditación era de ayudar a profundizar la comprensión de lo sagrado y las fuerzas místicas en la vida. En la actualidad, la meditación es un término general para las muchas maneras de lograr un estado de relajación.
Precisamente el Dr. Richard Davidson, profesor de psicología y psiquiátra en la Universidad de Wisconsin-Madison se ha dedicado a estudiar los beneficios de la meditación y las prácticas contemplativas en el cerebro.
En sus investigaciones, Davidson descubrió que la personas que practican la meditación sufren un cambio en sus circuitos cerebrales que transforma su forma de mirar la realidad e incluso ha afirmado que es suficiente media hora diaria, durante dos semanas, para experimentar los beneficios del cambio de perspectiva.
Incluso, la meditación se ha usado en entornos clínicos como un método de reducción del estrés y el dolor. Desde 1996 el National Institute of Health de los Estados Unidos recomienda a los médicos que acepten la meditación como tratamiento eficaz para paliar diferentes tipos de enfermedades.
Entre los efectos que los investigadores han vislumbrado que se alcanzan gracias a la meditación se encuentra que produce un estado de calma interior y disminuye la ansiedad, mejora el insomnio, reduce los pensamientos negativos y atenúa el dolor de las enfermedades crónico degenerativas.
En la dimensión fisiológica se ha detectado que hay una suspensión de la frecuencia respiratoria, disminuye la tensión arterial, así como el flujo sanguíneo en hígado y riñones. Reduce el cortisol en la sangre y con ello el estrés en el organismo, al tiempo que aumentan los procesos cognitivos, ya que existen evidencias sobre plasticidad cerebral.
Es así que sin duda vale la pena apostar a cuidar la salud desde todos los ámbitos y recordar que la destreza en la meditación se adquiere a través de la disciplina y práctica regular.
Estoy convencido que generar un hábito en la meditación tendrá una función importante en el bienestar integral de las personas, por ello mi invitación es que la consideres en tu día a día y a que ojalá te animes a practicarla muy pronto.