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La columna de Erika Rivero Almazán

¿Qué hay detrás de la fotografía que se tomaron Mario Riestra y Néstor Camarillo y que presumieron recientemente en redes sociales?

La noticia es que ya pasó mucha agua debajo del puente después de la catástrofe electoral del 2 de junio, y en la que el PRI y el PAN hicieron sendas declaraciones de arrepentimiento por ir en coalición: para el PRI unirse a los azules significó perder identidad y bajar en su número de seguidores partidistas, mientras que para el PAN fue “regalar” posiciones y sacrificar otras candidaturas más prometedoras para dárselas al tricolor en aras de esta alianza.

¿Escuchó la frase: gracias a nosotros los panistas Néstor Camarillo es senador?

Bueno, todos escuchamos el eco de esa sentencia que salió del ronco pecho de Augusta Díaz de Rivera, expresidenta del PAN.

Todo parecía que era impensable una alianza electoral entre ambos partidos.

Fue entonces que aparece la dichosa foto: sonrientes conjurados miran la cámara para enviar un mensaje claro: si, si hay sobre la mesa una propuesta de alianza electoral.

¿Qué platicaron entre tazas de café del Sanborns (sin pan, por cierto)?

Con exactitud sólo ellos dos los saben.

Pero la repercusión se puede ver en el movimiento de los equipos.

Para empezar, las elecciones extraordinarias del próximo 23 de marzo en 4 municipios (Ayotoxco de Guerrero, Xiultetelco, Venustiano Carranza y Chignahuapan) vaticinan otra victoria aplastante de MORENA.

Así que ante esa realidad, la oposición se replantea construir otro tipo de estrategia y esta elección será una especie de conejillo de indias.

Una vez eliminado de la ecuación en factor de conflicto para el PRI, o sea, Augusta y su jefe Eduardo Rivera, se explorará un acercamiento con la nueva dirigencia de Riestra.

Y es que hay que recordar dos cosas: Eduardo, Augusta y el Yunque en general con la dirigencia de Néstor fue una relación que terminó en ruinas. Las heridas fueron profundas y continúan abiertas.

Pero el dirigente y senador priísta siempre mantuvo contacto con Genoveva Huerta. En ella reconoció que, aunque no siempre estaban de acuerdo, tenía palabra de honor y cumplía acuerdos.

Fue Genoveva, la actual secretaria general del PAN la que sirvió de nexo para este encuentro.

La meta es hacer equipo para enfrentar a Morena.

No precisamente para ganar.

Pero si para unir esfuerzos e ir recuperando el terreno perdido.

En pocas palabras, que las elecciones extraordinarias sean más competidas.

Si el experimento rinde frutos exitosos, entonces ambos dirigentes podrían hacer un plan a largo plazo para las elecciones del 2027.

¿Cómo creen que les irá?