La columna de Erika Rivero Almazán
Resultados, resultados, resultados: Fernando Rosales Solís debía dar resultados en 100 días: y no le dio la vida.
¿Por qué se va Fernando Rosales?
- Si, aunque usted no lo crea el experto en investigaciones, el exCoordinador General en la Subprocuraduría Especializada en Investigación en Delincuencia Organizada de la extinta Procuraduría General de la República (PGR) y exFiscal de Secuestros y Delitos de Alto Impacto (FISDAI), no pudo con una tarea de campo, cruda, real y con el cronómetro activado.
Simplemente se le fue de las manos.
- Sus cartas credenciales de muy buen nivel no le alcanzaron para lidiar con la realidad de una Puebla que requería con antelación de una purga anticorrupción de los mandos medios y altos, renovar y modernizar los sistemas hoy caducos de seguridad, conocer el territorio y tener detectados a los grupos delictivos, además de contar con el visto bueno del gobierno del estado, para trabajar en coordinación.
- Y eso, nunca pasó. Hoy es imposible pretender que un municipio puede ser autónomo en el combate en contra de la delincuencia organizada. No basta que Pepe Chedraui y Alejandro Armenta sean del mismo partido: se necesita que los titulares de la seguridad pública hablen el mismo idioma.
- Y ya lo dijo con todas sus letras el secretario de Gobernación, Samuel Aguilar Pala: “Se le ofreció a Puebla un mando marino, desde el principio; él (Pepe Chedraui) dijo que aguantáramos, que lo iba a pensar, tal vez ya lo consideró, el sabrá cómo operar esto… “en donde hay mandos marinos hemos tenido buenos resultados… pero para nosotros sería fabuloso, nosotros deseamos que fuera un mando marino el que estuvieran al frente de todos los municipios… pero somos respetuosos de las decisiones que tomen los presidentes municipales”. La recomendación fue explícita y ante las cámaras de los medios de comunicación.
¿Así o más claro?
- Seguramente Fernando Rosales Solís tenía las mejores intenciones, y por supuesto que Franco Rodríguez Álvarez, secretario de Gobernación Municipal, hizo la mejor recomendación que pudo, porque si de alguien fue la idea de contar a Rosales para ése puesto tan vital para la cuarta ciudad más importante del país fue él. Todo parecería que era el indicado: lo mismo pensó en su momento la difunta gobernadora Martha Erika Alonso cuando decidió nombrar a Fernando Rosales como su secretario de seguridad.
- La inminente salida de Rosales es multifactorial; pero este fin de semana, para su mala suerte, fue la gota que derramó el vaso: la ejecución de dos agente en la colonia del Valle (Alejandro Osorio Santellán y Edgar Jesús Popoca Gutiérrez) fue la mecha que hizo estallar la rebelión de los mandos policiacos: no sólo colapsaaron las vialidades de Puebla y exigieron la renuncia de Rosales, sino que expusieron una larga serie de demandas: el incrementa salarial que aún no les cumplen, equipo nuevo y moderno que tampoco les ha llegado, el respeto a sus horarios de trabajo y una renovación de los mandos altos: que sean jefes mejor preparados, con conocimiento del oficio y menos corruptos, esto como parte de la herencia trágica de anteriores administraciones, tanto de Claudia Rivera como de Eduardo Rivera.
Sí hay que decirlo.
- Así las cosas, “la cama está tendida” para Rosales Solís desde el preciso momento en que se dio de baja a su brazo derecho: “El Sauce”, Gustavo Alonso Zapata, como subsecretario de Operatividad Policial.
- Ahora, la verdadera duda que mata es si el alcalde Pepe Chedrai aceptará la recomendación del gobierno del estado para nombrar en como próximo secretario de seguridad ciudadana a un Marín. La moneda está en el aire.