La columna de Erika Rivero Almazán
Después del luto por el que deberá transitar el Pan tras su derrota monumental en Puebla, cabe analizar sus porqués y lo que le espera en su futuro inmediato.
- El gran perdedor es el Yunque, que como clase política dominante del PAN Puebla deberá ser purgado. El primero en la lista de fusilamiento es Mario Riestra, seguido de Jesús Zaldívar. El pésimo resultado de Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro como dirigentes de partido quedó expuesto al estar más enfocados en su guerra intestina en vez de blindar a su partido en el día D: apenas llegaron a cubrir el 40% de representantes de casilla en el estado, cuando sus adversarios llegaron al 100%. ¿Qué le pasó a los recursos destinados a la elección? Las cuentas no cuadran. El Yunque como clase dominante deberá ser removido desde sus entrañas después de este resultado. O al menos, eso se esperaría.
Y ya vemos en el horizonte varios perfiles dispuestos a asumir el reto de la nueva dirigencia. Anote usted a Jorge Aguilar Chedraui y a Mónica Rodríguez Della Vecchia, incluso, hasta a Eduardo Alcántara. - Eduardo Rivera no aceptó convencido la candidatura. La dudó, la negó, incluso motivó a otros para que la tomaran. Y el motivo de su retraso era asegurar primero la candidatura a diputada plurinominal de su esposa, Liliana Ortiz. ¿Sabía que era una causa perdida? Sus acciones indican que esto es posible. El tiempo corrió y la duda marcó a la militancia. El remate fue la constante publicación de encuestas en donde Morena superaba al Pan, y por mucho. Era una derrota anunciada, mientras para Alejandro Armenta era la culminación de 33 años de trabajo incansable.
- En entrevista Javier Sánchez Galicia, el estratega político en la campaña de Alejandro Armenta, me comentó: “Los resultados de las encuestas son reales, y en ninguna “seria” gana Eduardo Rivera”. Y el tiempo le dio la razón: fueron acertadas las encuestas que marcaron una distancia de 15, 20 y hasta 25 o más puntos entre Alejandro Armenta y Eduardo Rivera, en la gubernatura, y, más cerradas en la capital, entre Pepe Chedraui y Mario Riestra. Pero siempre arriba la 4T.
Las encuestadoras como Indicadores, de Elías Aguilar o Rodolfo Rivera, del BEAP, por poner algunos ejemplos, fueron puestas en la picota y las criticaron hasta de “vendidas” por parte de los azules. Al PAN y aliados no se les ocurrió tomar en serio las señales y ponerse a trabajar. No. En su lugar contraatacaron con la publicación de los resultados de Massive Caller, que dicho sea de paso, esta encuestadora debería de pensar seriamente si permanece en el mercado después de tal garrafal ejercicio. - La derrota que más dolió a los azules fue la Mario Riestra Piña en la capital, y no es para menos: la pregunta obligada es ¿por qué perdió cuando lo tenía todo para ganar? La zona conurbada era panista, la estructura del Ayuntamiento de Puebla igual, llevaba más de un año en campaña, y fue impuesto con la venia tanto del Yunque como de la dirigencia nacional de Marko Cortés. ¿Qué fue lo que pasó entonces? Mario Riestra cometió errores en cadena: exigir el debate contra Chedraui (quien lo pide, siempre va en segundo lugar), el montaje sobre su amenaza de muerte y los 15 mil pesos por su cabeza (nadie le creyó) augurar una jornada electoral violenta, con robo de urnas, acusar al gobernador de “estar detrás de la elección” y vaticinar que la proceso se iba a judicializar, por poner unos ejemplos. No hubo dirección en su campaña y su discurso no convenció. Su equipo de comunicación social fue sobradamente incompetente. En vez de sumar liderazgos y sectores, discriminó.
- Si mencionamos a los grandes perdedores de esta elección, justo es mencionar a los ganadores: Alejandro Armenta, quien mantuvo su primer lugar en todas las encuestas e incluso se dio el lujo de “cargar” a muchos candidatos para darles una victoria contundente, con una diferencia holgada; el gobernador Sergio Salomón Céspedes, por darle gobernabilidad al estado y mantener los estándares de paz y seguridad para que proceso no se desbordara; Pepe Chedraui, quien a pesar de llegar a la contienda debilitado por afrontar una guerra interna brutal entre las fuerzas morenistas para la selección de candidato, recuperó fuerzas, fue riguroso en el método, hizo operación cicatriz y no cometió errores; Jorge Estefan Chidiac, un operador de lujo; Tony Gali Fayad y Tony Gali López, con un futuro prometedor. Olivia Salomón, como una de las operadoras más cercanas a Claudia Sheinbaum; por parte del PT Liz Sánchez y Toño López, seguramente escucharemos mucho de ambos.
- ¿Ganadores en el lado azul? Si los hay: Lupita Cuautle, quien salvó el orgullo pisoteado de los panistas al convertirse en la ganadora de la presidencia municipal de San Andrés Cholula. ¿Qué hicieron Lupita y su esposo Edmundo Tlatehui que no lograron ni Eduardo Rivera en el estado ni Mario Riestra en la capital de Puebla? Sumar, escuchar, caminar, conocer el territorio, hacer alianzas con sectores, acercarse a la prensa, un gran equipo de comunicación social, por poner algunos ejemplos.