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La columna de Erika Rivero

Eduardo Rivera, a través del alcalde Adán Domínguez, no pudo concretar su plan para solicitar un préstamo superior a los 600 millones de pesos para solventar las finanzas del Ayuntamiento de Puebla en el cierre de su administración. Varias fueron las razones, pero la principal fue que ambos líderes panistas perdieron el control de su Cabildo: necesitaban las 2 terceras partes del voto a favor del cuerpo de regidores, pero el bloque de la bancada de la 4T (compuesto de 6 regidores) se negó a aprobar el adeudo con la banca comercial, así como 5 regidores del “prian”, lo que da un total de 11 regidores que rechazaron apoyar al edil panista.

De esta forma, Eduardo Rivera repite su peor pesadilla ocurrida hace 10 años, cuando también en el cierre de su administración, su propio Cabildo rechazó su cuenta pública, envuelta en escándalos de corrupción, opacidad y revancha política.
Ahora, un década después, también como alcalde de Puebla, a través de su sustituto, Adán Domínguez, parte de la bancada del PAN y del PRI se negaron en las negociaciones del pre-cabildeo a votar a favor de una solicitud de préstamo, motivo suficiente para desarticular una maniobra preconcebida por este ayuntamiento para salir del paso del hoyo financiero por más de 680 millones de pesos, tal y como se comprobó en los estados financieros presentados la tarde de este lunes en la sesión de la comisión de Patrimonio y Hacienda.


La noticia es inédita en la historia de esta ciudad y sorprendió al equipo morenista de Pepe Chedraui que está a punto de rendir protesta la próxima semana. Se conoce con certeza que en las reuniones previas de la entrega-recepción, jamás se habló de este déficit millonario.


Incluso, la información empezó a trascender en los medios desde el fin de semana. Al parecer, el líder de los regidores y parte del equipo más cercano a Eduardo Rivera, Carlos Montiel, se reunión con el equipo panista para empezar a operar esta indicación, pero “alguien” filtró la información a los medios, de tal suerte, que desde el fin de semana se empezó a publicar en las redes sociales y la mañana de este lunes en los periódicos y noticieros de radio y t.v.

La noticia en ese momento era que el ayuntamiento de Puebla solicitaría con urgencia a la banca comercial un préstamo que podría llegar a los 600 millones de pesos, que servirían para cubrir el hoyo financiero y ayudaría pagar a pagar el gasto corriente de la próxima quincena.


Ya alertados el resto de los regidores, la bancada de la 4T reaccionó y de inmediato rechazó la propuesta, seguida de otros 5 regidores del PAN y otrora identificados con el PRI.


El gobernador electo, Alejandro Armenta, fijó una posición: sin cacería de brujas, sin persecución, pero también es un “no rotundo a la impunidad”, y exigió al gobierno municipal panista que sea transparente con el manejo de la información financiera de la ciudad.


La mañana de este martes, el alcalde electo Pepe Chedraui fijará su posición sobre el tema en una rueda de prensa.
Porque más allá de que se disolvió el sueño de opio de solicitar un préstamo, lo cierto es que el déficit financiero en las arcas municipales es una realidad: y es un problema que le reventará a Pepe Chedraui desde el día uno de su administración.