Compartir es amor

La columna de Ale Cañedo

La tecnología ha cambiado la forma en la que entendemos el mundo de los viajes. Antiguamente las personas viajaban por lo que les contaban, por los libros que leían y por la ganas de viajar a aquellos lugares que soñamos. Ahora casi podemos conocer y entender los destinos turísticos sin movernos de nuestra casa, aprovechando todas las ventajas de las tecnologías de información y comunicación. 

Es posible entrar a conocer catedrales y castillos, revisar mapas, rutas, climas y también eventos, así como alojamientos, que permiten que al llegar finalmente al destino lo entendamos, disfrutemos y valoremos.

Pero lo anterior siempre vale la pena, si dejamos también algo a la aventura, no conocer todo, dejar que un destino nos sorprenda. Ya que eso permitirá que el gusto de viajar y disfrutar sean permanentes.  El tener todo conocido desde antes puede volver a los viajes una monotonía, algo mecánico que va contra la esencia misma de viajar.

Viajar debe de ser una experiencia que cambie la forma de ver nuestro mundo, que al conocer otras culturas le demos valor a la nuestra y que se pierdan  perjuicios.

Para preparar un viaje, hay que leer sobre el lugar, sobre cómo llegar, donde hospedarse, revisar comentarios, saber si requisitos migratorios cambiaron y también leer sobre quien vivió ahí, que influencia tuvo y que dejo a la ciudad.

Para organizar mejor sus viajes, recomiendo el libro del gran escritor y filosofo español, Fernando Savater: “Las ciudades y los escritores” en donde reflexiona sobre la vida de grandes autores y las ciudades en donde vivieron.

¡Viajemos Juntos!