La columna de Érika Rivero Almazán
Primero hubo caras largas, miradas que ya no se devuelven con sonrisa.
Después, llamadas que no se regresaban, mensajes que quedaron en visto….
Hoy, discursos divergentes.
Desmentidos públicos.
Votos en contra.
Esta es la relación que actualmente vive el Pan con el PRI poblano.
O al menos, sus representantes de las bancadas en el Congreso del Estado, y sus respectivos diputados.
El inicio de la fisura fue claro: el DAP.
Eduardo Alcántara, el coordinador de la bancada del PAN, comentaba con su ya característico dejo de humor negro que: “las hojuelas con miel todavía crujian”.
Pues queda claro que ahora las hojuelas ya son amargas y húmedas.
No sólo porque la bancada del PRI, por orden de Jorge Estefan Chidiac, votó en contra de la propuesta del cobro del DAP del alcalde panista Eduardo Rivera y en defensa del propio Alcántara, borrando así de la lista de municipios favorecidos por el cobro del DAP a la zona conurbada pintada de azul de Puebla y las Cholulas.
Ahí apenas la alianza electoral que prometía llevar una agenda en común en el Congreso se empezaba a desbaratar.
Se comenta que el alejamiento entre Chidiac y Alcántara era cada vez más claro.
Y ácido.
Ahora, con el caso UDLAP y la postura que tomaron los diputados panistas exigiendo que el gobierno del estado “no secuestre” a la universidad, el PRI dio un paso atrás.
Y pintó su raya.
Es obvio que la postura del PRI sobre la universidad de las Américas es y será bastante mesurada, y no piensa sumarse a un enfrentamiento en contra del gobernador Luis Miguel Barbosa.
La reciente declaración de Néstor Camarillo, diputado local y presidente estatal del PRI no deja lugar a dudas: “(la Udlap) es un problema entre particulares, dejemos que ellos lo resuelvan por la vía legal, (el PRI) nosotros no vamos a politizar este problema).
Así, en el caso UDLAP, el PAN nevega solo.
Sin su aliado.
Mucho menos ahora que el gobernador exhibió a los panistas en su mañanera, por tratar de ganar los reflectores a costa de un conflicto que afecta a miles de poblanos.
Así, en lo que va de este Congreso, la alianza legislativa ha sido sólo electoral, porque en el discurso y en las acciones, queda claro que van navegando en aguas divergentes.