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Las consecuencias en la salud de las personas que padecen serias restricciones del sueño van desde episodios cada vez más frecuentes de cansancio y fatiga.

Reportaje: Gaceta UNAM

Somos una sociedad con graves restricciones de sueño y con un serio desprecio por el descanso; no soñar ni descansar está colocando a las personas en una situación de desventaja, vulnerabilidad y alto riesgo, advirtió Rafael Santana Miranda, responsable de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Facultad de Medicina.

En el contexto del 25 aniversario de la Clínica, que se creó a iniciativa del destacado científico universitario René Drucker Colín, en una doble celebración que coincidió con el Día Mundial del Sueño (17 de marzo), el especialista en Medicina y Neurofisiología del dormir destacó que el síndrome del sueño insuficiente está generando una serie de graves problemas sociales, los cuales están afectando directamente la calidad de vida de la gente.

Comentó que previo a la pandemia de la Covid 19, ya había un incremento en el número de personas que padecía insomnio y mala calidad del sueño; sin embargo, después del trauma psicosocial que representó el encierro y las consecuencias mortales de la enfermedad, los casos se incrementaron de manera considerable.

De acuerdo con datos del sector salud, hay aproximadamente 80 tipos de trastornos del sueño y se estima que en nuestro país más de 45 por ciento de la población adulta presenta insomnio, apnea o ronquidos, que son los principales trastornos del sueño por los cuales las personas buscan ayuda médica.

¿POR QUÉ DORMIMOS MENOS?

Santana Miranda consideró que hay múltiples factores físicos y sociales por los cuales la gente está presentando una mala calidad del sueño, pero entre las principales causas destacan:

  • Jornadas excesivas de trabajo que rebasan por mucho las ocho horas oficiales, llegando a cubrir horarios laborales de hasta 12 horas diarias.
  • Turnos nocturnos o rotatorios que repercuten directamente en el ritmo biológico de las personas y en sus horas de sueño.
  • Trayectos o recorridos de largas distancias para llegar a los centros de trabajo, pues la gente termina durmiendo mal o haciéndolo en el transporte público.
  • El abuso en el uso de dispositivos móviles y la adicción a las redes sociales que siguen acaparando la atención y el tiempo de las personas la mayor parte del día, pero de manera preocupante hasta altas horas de la noche, sacrificando horas de descanso y de sueño.

“No estamos durmiendo bien ni las horas suficientes, y además, no tenemos horarios de trabajo sanos. Sólo se vive para trabajar, y entonces ¿quién educa a los hijos o quién cuida la calidad de la alimentación? No hay tiempo para hacer ejercicio y menos para el entretenimiento. Éstas son situaciones que están mermando nuestra calidad de vida, pero al mismo tiempo nos están trayendo una cantidad de problemas sociales terribles”.

Subrayó que el promedio ideal que debe dormir una persona adulta para alcanzar un sueño reparador y un descanso óptimo es de entre 7 y 8 horas diarias, lo cual hoy en día está muy lejos de cumplirse: la situación varía de acuerdo al grupo de edad; los recién nacidos llegan a dormir hasta 18 horas al día, las niñas y los niños de edad preescolar deben hacerlo entre 11 o 12 horas diarias, en tanto que los adultos mayores entre 5 y 6 horas, en promedio.

Las consecuencias en la salud de las personas que padecen serias restricciones del sueño van desde episodios cada vez más frecuentes de cansancio y fatiga, pasando por trastornos agudos de insomnio y ansiedad, hasta el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas como diabetes, hipertensión, alteraciones cardiovasculares y obesidad, apuntó el investigador.

La Clínica de Trastornos del Sueño de la UNAM se localiza en el Hospital General de México, donde cuenta con un grupo multidisciplinario de expertos (otorrinolaringólogos, psiquiatras, psicólogos y neurólogos) orientados exclusivamente al diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño en recién nacidos, niños y adultos.

Es una unidad mixta de servicio, investigación y docencia de la Facultad de Medicina y en estos 25 años se ha colocado a la vanguardia en la investigación del sueño y sus complicaciones, brindando tratamientos efectivos.