Carolino, el perrito que se ha convertido en un símbolo de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la BUAP, está a salvo y bajo el resguardo de sus cuidadores. Esta aclaración llega después de la controversia que generó un comunicado emitido por estudiantes de la facultad, quienes mencionaron que el animal habría sido expulsado debido a que mordió a cuatro estudiantes.
El comunicado inicial causó gran alarma entre la comunidad universitaria, generando especulaciones sobre el supuesto abandono de Carolino, su deterioro de salud o incluso su posible pérdida. Sin embargo, Marisol Ríos, una de las cuidadoras de Carolino, aclaró que el perro no fue maltratado ni dejado atrás. De hecho, explicó que la solicitud de su traslado obedeció a razones de seguridad, ya que algunos estudiantes pidieron que fuera llevado a un lugar más seguro tras el incidente.
Según los detalles proporcionados por Ríos, Carolino había estado bajo la supervisión del personal de la Dirección de Apoyo y Seguridad Universitaria (DASU) desde el inicio del paro en la BUAP. Las agresiones que presuntamente cometió contra los estudiantes podrían estar relacionadas con una reciente cirugía en su oreja, lo cual alteró su comportamiento temporalmente.
Antes del paro, Carolino residía en el Colegio de Historia, pero ahora será reubicado en otro edificio de la FFyL, donde continuará siendo cuidado y resguardado por sus allegados.
Carolino sigue siendo un miembro querido de la comunidad estudiantil, que lo ha adoptado como uno de sus propios símbolos. Además, la empresa Nutrimentos Milenium realizó una importante donación de casi media tonelada de alimento para él y otros perritos rescatados por la BUAP, reafirmando el compromiso con el bienestar de los animales en el campus.
Con esta aclaración, se espera que se disipe la preocupación y que Carolino continúe recibiendo el cariño y apoyo que ha logrado ganarse entre los estudiantes de la BUAP.