Compartir es amor

La columna de Érika Rivero Almazán

¿En caso de ganar la presidencia de la República, cómo piensa quitar la percepción de que Andrés Manuel López Obrador seguirá gobernando a través de usted? Esta fue la pregunta que puso silencio en la sala.

En el Grand Fiesta Americana inició la gira de la jefa de gobierno de CDMX en Puebla, Claudia Sheinbaum, con un encuentro entre empresarios y medios de comunicación. El cuestionamiento incómodo, pero obligado ante la historia de guerra de poder político de México, en la que los presidentes se rinden a la tentación de impulsar a su sucesor (desde Calles y Obregón, pasando por Carlos Salinas hasta Peña Nieto), Claudia Sheinbaum, quien ocupa el primer lugar en todas las encuestas presidenciales y goza del respaldo del presidente AMLO, respondió así: “Me pregunto si estuviera un hombre aquí, le estarían preguntando lo mismo, si AMLO estaría gobernando a través de mí?”, comentó con un dejo de indignación Sheinbaum.

El público la ovacionó. Y de hecho, la respuesta es sí, por supuesto que sí le estaríamos preguntando lo mismo en caso de que fuera hombre. A Ernesto Zedillo se le cuestionó sobre su llegada intempestiva a la candidatura presidencial, tras el asesinato de Colosio, y la crítica periodística le preguntó hasta el cansancio que si en caso de llegar a la presidencia cómo se libraría de la influencia poderosa de su antecesor, Carlos Salinas de Gortari. Y ese caso fue solo un botón para la muestra.

No es una pregunta sobre género. Es una pregunta básica y elemental de poder. En realidad, la propia Sheinbaum, inteligente como lo es, lo sabe: es una mujer empoderada, que recibe la atención, el aplauso y hasta la simpatía popular al ocupar el primer lugar en todas las encuestas. Nadie la ve como una política débil o indefensa. Es una mujer con altísimas posibilidades de convertirse en la próxima y primera presidenta de México. Sheinbaum emana por sus poros poder. Por lo tanto, el sesgo de género es un supuesto que no tiene que ver aquí. Está fuera de todo lugar.

Sheinbaum es poderosa, y en su gira por Puebla quedó demostrado, además de que cuenta con todo el respaldo del gobernador Sergio Salomón Céspedes y del secretario de Gobernación Julio Huerta. El propio gobernador lo dejó claro durante ese desayuno sabatino: “Claudia, Puebla es tu casa, Puebla es tu equipo”.

Volviendo a la pregunta que hice para Sheinbaum, ella opta por dar un giro y dar otra respuesta. Es válido, para la experimentada política, quien sabe las reglas del juego y cómo ganar puntos en cada intervención. “Hay muchos prejuicios, la verdad, que todos tenemos que irnos liberando de esos prejuicios. Las mujeres sabemos gobernar, tenemos capacidad. Y es falso que cuando gobierno una mujer hay detrás un hombre diciéndole qué hay hacer (aplausos). Por supuesto que compartimos con el presidente Andrés López Obrador, hay detrás una historia y un proyecto… cómo lo voy a negar… pero evidentemente si las encuestas nos favorecen y llegamos al 24, pues se comparten esos proyectos, pero también hay un sello propio y se tomarán las decisiones que se tengan que tomar, como las he tomado en la Ciudad de México y a lo largo de mi vida… no creo que haya habido un hombre atrás que me hubiera “soplado” en todos los exámenes de física, o en los exámenes de ingeniería o las publicaciones que he hecho a lo largo de mi vida. Basta el ejemplo de gobernar… claro que queremos mucho al presidente, lo admiramos, pero si nos toca, a partir del 24, compartimos un proyecto pero también tendremos un sello propio… yo he sido ambientalista toda mi vida, he sido científica, soy mujer, nací en la Ciudad de México (aplausos)”.

Sheinbaum se fue de Puebla con una corona de guirnaldas: el resto de sus encuentros, conferencias y eventos estuvieron atestados de poblanos que le aplaudieron y se abrieron espacio a codazos para acercarse a ella, algo que no ha sucedido aún con Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y ni se diga con Ricardo Monreal. En el corte de caja, Claudia es la favorita. El obstáculo que viene para ella es precisamente cómo dejar en claro que ella es la que va a gobernar, romperá con AMLO y quemará las naves de su antecesor para que no transite por sus mares.

Y reitero mi pregunta. La cual, no fue respondida.