Compartir es amor

La columna de Maritza Mena

La retórica obradorista ha convertido a los delincuentes en humanos y a los ciudadanos en enemigos.

Fifís, conservadores, la mafia del poder, prensa sicaria, golpistas o aspiracioncitas son los mexicanos que han sido atacados casi a diario en las conferencias gubernamentales. El último término acuñado, que ofendió a la comunidad judía, fue “hitleriano”.

Así el primer mandatario del país ha sembrado la división, y no sólo eso, sino que ha logrado normalizar el lenguaje agresivo.

Como se ha comentado en este espacio, el plan verbal del panfleto populista es sistemático, deliberado y ha cumplido su objetivo porque la sociedad indignada después amplificó el mensaje a través de diversos canales de comunicación, y finalmente, adoptó el uso del lenguaje.

Mientras la mayoría de los mexicanos ha sido clasificada como enemigo por parte del Gobierno de Morena, el cual incluso tuvo el descaro de compararla con animales, los delincuentes han sido considerados “humanos” que deben ser protegidos.

Hemos visto cómo la indignación por el nombramiento cimbró a la sociedad, quien no deja de repetir el término “humanos”, después de esta fase llegará la normalización y con ella tal vez un cambio de comportamiento.

Por esta razón preocupa que la estrategia de seguridad se encamine a la no defensa de la sociedad, a quien se sugiere abrace a los delincuentes por su condición, a pesar de que cometan delitos cada vez más violentos ante la incapacidad de autoridades municipales, desmanteladas con el presupuesto, y las fuerzas armadas, a quienes se les ordenó no defenderse.

El resultado de esta “estrategia” de seguridad ha generado más de 120 mil homicidios en el país en lo que va del sexenio, el más violento que se tenga registrado.

Si la retórica violenta ha sido normalizada por la sociedad, ¿lo hará también con los comportamientos violentos?, ¿abrazará a los delincuentes mientras buscan asesinarla?

No debemos olvidar que el principal valor del ser humano es la vida, y por consiguiente debe ser un derecho defenderla.

Ante la complicidad de las autoridades surgen propuestas legislativas polémicas, que deben ser consideradas, pues quedan pocos caminos a seguir ante la inoperatividad de las fuerzas de seguridad y la incapacidad del Gobierno Federal por brindar protección para salvaguardar la vida de los mexicanos de cualquier persona que quiera terminar con ella.