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Este domingo 19 de octubre, familiares, amigos y habitantes de Ajalpan salieron a las calles para exigir justicia por la muerte de Estephanya, una joven integrante de la Guardia Nacional que perdió la vida dentro del batallón 51 de esa corporación, en circunstancias aún no aclaradas.

La víctima, originaria de Ajalpan, murió a causa de disparos de arma de fuego ocurridos al interior de las instalaciones donde estaba destacada. Según la versión oficial proporcionada inicialmente a la familia, se habría tratado de un “accidente”; sin embargo, su madre denunció que el cuerpo presentaba más de dos impactos de bala, lo que pone en duda dicha explicación.

Durante la movilización, los asistentes portaron pancartas con mensajes como “No fue un accidente, fue acoso” y “Queremos justicia para Estephanya”, mientras exigían una investigación transparente y castigo a los responsables.

La madre de la joven reveló que su hija había reportado ser víctima de acoso dentro del batallón, lo que refuerza la sospecha de que su muerte podría estar relacionada con una situación de violencia de género dentro de la corporación.

El caso ha generado indignación social y reaviva el debate sobre las condiciones que enfrentan las mujeres dentro de las fuerzas de seguridad del país. Diversas colectivas feministas de la región se han sumado a la exigencia de justicia, pidiendo que la Fiscalía General de la República (FGR) atraiga la investigación ante la posible responsabilidad institucional.

En tanto, la Guardia Nacional no ha emitido un posicionamiento oficial sobre los hechos, mientras que el cuerpo de Estephanya fue trasladado a su ciudad natal, donde recibió homenajes de sus familiares y compañeros de infancia.

La exigencia principal de la marcha fue clara: que la muerte de Estephanya no quede impune, y que las autoridades militares y civiles transparenten la investigación para garantizar justicia y verdad.