Con el argumento de proteger la salud de niñas, niños y adolescentes, el diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador de Morena en la Cámara de Diputados, presentó una iniciativa para prohibir la venta, distribución y suministro de bebidas energéticas a menores de 18 años en todo el país.
La propuesta legislativa busca reformar los artículos 215 y 419, y añadir el 216 Ter de la Ley General de Salud, estableciendo una definición específica de las bebidas energéticas como aquellas no alcohólicas que contienen cafeína, taurina, guaraná, ginseng o vitaminas del grupo B, destinadas a estimular la energía o el estado de alerta.
Riesgos para la salud
Monreal advirtió que el consumo de estas bebidas en menores puede provocar afectaciones al sistema cardiovascular, neurológico y psicológico, incluyendo síntomas como ansiedad, insomnio, arritmias e incluso infartos o accidentes cerebrovasculares, respaldando su propuesta en estudios internacionales como el de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria.
“Es urgente poner límites al acceso de menores a estas bebidas que no son inocuas y que están ampliamente disponibles en tiendas, supermercados y máquinas expendedoras”, argumentó el legislador durante la presentación.
Multas y prioridad legislativa
La iniciativa contempla sanciones de hasta 2,000 Unidades de Medida y Actualización (UMAs), lo que equivale a aproximadamente 226,280 pesos en 2025, para quienes incumplan con la prohibición.
Monreal adelantó que buscará que la reforma sea prioritaria en el próximo período de sesiones, previsto para septiembre, ante el crecimiento del consumo entre adolescentes y los riesgos poco conocidos por padres y docentes.
Reacciones mixtas
El sector industrial ha expresado su preocupación por la propuesta, alegando posibles afectaciones económicas a productores y distribuidores. No obstante, diversas organizaciones de salud pública han respaldado la iniciativa, al considerar que se trata de una medida preventiva ante el aumento del consumo nocivo en edades tempranas.
De aprobarse, México se sumaría a otros países que ya han impuesto restricciones similares, como Lituania, Letonia y algunas regiones de Estados Unidos y Canadá, marcando un precedente en la regulación del consumo de estimulantes entre menores







