El especialista en estudios de género y masculinidades, Cirilo Rivera, advirtió que el fenómeno de los incels —jóvenes que se autodefinen como célibes involuntarios y en algunos casos han manifestado conductas violentas— no puede entenderse como casos aislados, sino como la expresión más visible de un problema estructural que hunde sus raíces en el machismo y en relaciones familiares frágiles.
En entrevista para Los Conjurados, Rivera explicó que el machismo ha sido una carga no solo para las mujeres, sino también para los hombres, pues los limita a roles rígidos como proveedores y figuras de fuerza, impidiéndoles reconocer y expresar sus emociones. “El machismo cercena, te dice que siempre debes estar fuerte, ser el proveedor; eso es una losa brutal también para los hombres”, señaló.
El especialista subrayó la importancia de la escucha activa en la familia como forma de prevención de la violencia. Llamó a madres y padres a abrir espacios de diálogo con sus hijos sin emitir juicios inmediatos, fomentando confianza y acompañamiento. Recordó que la ley reconoce el interés superior de la niñez, lo que obliga a los adultos a garantizar un desarrollo libre de violencia.
Rivera también cuestionó la falta de participación de los hombres en la transformación de estas estructuras. Puso como ejemplo el caso de la licencia de paternidad, que a pesar de ser un derecho laboral, no ha generado movimientos de exigencia masculina. “Mientras sigamos esperando que las mujeres resuelvan, el problema persistirá; nos toca a nosotros asumir la responsabilidad”, afirmó.
Finalmente, advirtió que reducir el tema incel a la criminalización de los jóvenes es quedarse en la superficie. “Es la punta del iceberg. Necesitamos cambiar la estructura social, económica y cultural que lo sostiene”, dijo. Rivera cerró con una reflexión contundente: “La violencia es responsabilidad de quien la ejerce. Si queremos que deje de reproducirse, cada uno debe hacerse cargo de lo que le toca”.