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La columna de Erika Rivero Almazán

La sucesión a la gubernatura de Puebla se adelantó: el 2024 llegó de golpe a Puebla y un nuevo tablero político electoral se proyecta: el estado tiene un nuevo gobernador, una de las principales “corcholatas” de Miguel Barbosa: Sergio Salomón Céspedes Peregrina se puso una bolsa de hielo en la cabeza, actuó rápido pero mesurado: posiblemente el único actor del barbosismo con la capacidad de genera consensos, tanto con la federación a través del Secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández, como con los liderazgos partidistas de las distintas bancadas: PRI, PAN, MC, el Verde… todos le levantaron la mano.

¿Por qué fue Sergio Salomón y no Enrique Doger u otros personajes que también se expusieron? 

Por la rapidez de los consensos en lo local. El presidente Andrés Manuel López Obrador lo dejó claro en su visita a Puebla en los funerales de Barbosa: si se garantiza la gobernanza en el estado, no intervendría la federación. Y Céspedes lo hizo, con la supervisión de minuto a minuto de Adán Augusto. 

No es una sorpresa si recordamos que tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso, el PAN también tuvo el privilegio de ponerse de acuerdo en el Congreso. No lo hizo. Y fue cuando la entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero entró a poner orden, y fue designado un tercero en discordia: don Guillermo Pacheco Pulido.

El escenario de sucesión en Puebla también tuvo sus inconsistencias y sus sombras: Ignacio Mier Velazco y Manuel Bartlett Díaz expusieron el caso Puebla ante AMLO y recomendaron al exalcalde y excandidato a la gubernatura Enrique Doger: éste fue el único nombre que sí llegó a mencionarse en el Congreso Local como una verdadera opción, además de la secretaria de Gobernación Ana Lucía Hill y, principalmente, el propio Sergio Salomón Céspedes, propuesto en primera instancia por el coordinador de la bancada del PRI, el experimentado Jorge Estefan Chidiac, una figura de vital importancia para entender el proceso de sucesión en Puebla.

Fue Jorge Estefan el primero en impulsar a Sergio Salomón como sucesor. Incluso, iba a salir humo blanco del Congreso local ese martes negro. Pero la llamada de la federación para suspender todo, anunciar la visita a Puebla del presidente Obrador fue suficiente para pausar el acontecimiento.

El nombre de la exalcaldesa Claudia Rivera fue impulsado desde la federación, sin llegar al Congreso local, al igual de Pepe Chedraui. La  primera no tuvo oportunidad porque aún tiene cuentas con la ley sobre sus cuentas públicas, y el segundo, no cumplía con el requisito de haber sido presidente municipal. 

También hubo errores muy dolorosos: un portal de nueva creación lanzó la nota roja y lo dio como un hecho. La información llegó a varios dispositivos y se propagó la noticia: “Ultima Hora: sería la señora Rosario Orozco quien sustituya a Miguel Barbosa. Ya hay un acuerdo palomeado por el presidente López Obrador para evitar una guerra entre morenistas y barbosistas”. Una total falta de respeto al luto familiar.

Por cierto, el último mensaje de doña Rosario en sus redes sociales fue un total respaldo a Sergio Salomón: “Sergio Salomón Céspedes mantendrá unido el esfuerzo de transformación que empezó hace años en Puebla. Miguel Barbosa confiaba en él. Se adelantaron los tiempos de cuidar su legado, querido Sergio. Tendrás mucho éxito. Estoy segura”. 

La guerra por la sucesión también hizo moverse a figuras nacionales. En la noche del miércoles, mientras en el Congreso local vitoreaban, felicitaban y abrazaban al nuevo gobernador, el líder nacional de Morena, Mario Delgado publicaba en sus redes sociales: 

“Nuestro presidente nos ha enseñado que para tener autoridad política hay que tener autoridad moral. Ojalá y nuestros diputados en Puebla tengan tantito respeto por la memoria de nuestro compañero Miguel Barbosa que todavía no es sepultado y ya quieren nombrar a un gobernador sustituto”.

El polémico diputado federal del PT, Gerardo González Noroña confrontó directamente a Céspedes en su cuenta de TW: “Muy grave la ambición del congreso poblano. Todavía no pasan 24 horas del fallecimiento del gobernador Barbosa y ya tienen el albazo preparado”.

A lo que el propio Sergio Salomón respondió a los pocos minutos en su cuenta de TW: “El Congreso del Estado no actúa con ambición, si no con responsabilidad y lo reafirma el Presidente. Entiendo que polemiza por orden de un actor con intereses personales.” “Es momento de sumar no de dividir. Lo dejo porque estamos trabajando por la gobernabilidad del Estado de Puebla”.

Para nadie es un secreto que al personaje que se refería Céspedes era Ignacio Mier, dada la amistad y apoyo al proyecto que Noroña ha demostrado al líder de la bancada de Morena en su búsqueda por la candidatura a la gubernatura para el 24.

En lo local también hubo voces en contra: el diputado local Alejandro Carvajal fue muy lejos al escribir en su cuenta de TW y mostrar una fotografía de Sergio Salomón con Martha Erika Alonso: “Militantes y simpatizantes de la 4ta. Transformación de Morena Puebla. ¡Están a punto de imponer a un gobernador de Derecha y que NO pertenece a nuestro movimiento! Como morenista les pido estemos atentos y nos inconformemos. El proyecto de IZQUIERDA está en riesgo.”

Informaron mal al diputado local: él se mantuvo en la idea que la sucesión de Puebla sería definida por el partido. Y no. La decisión se tomó desde el Congreso, con la venia de la Federación, en voz del propio Adán Augusto.

Mientras, ya al final de sesión maratónica de 6 horas en el Congreso, se llegaba a la conclusión de impulsar al diputado morenista Eduardo Castillo como nuevo líder del Congreso, en sustitución de Sergio Salomón. A Lalo Castillo se le ubica como un personaje mesurado, conciliador y cercano al senador Alejandro Armenta.

¿Qué viene para Puebla? 

  1. Las “corcholatas” locales del barbosismo se desintegran.
  2. Sergio Salomón Céspedes trae consigo una escuela de un PRI conciliador, experimentado y mesurado. Es poco probable una cacería de brujas. Se espera un gobierno de casi dos años de estabilidad, y puede ser posible, de conciliación con los distintos grupos políticos y sociales. Y para lograr eso, no se descartan cambios en el gabinete estatal.
  3. El resto de los partidos políticos respalda al nuevo gobernador. Y habrá nuevos acuerdos.
  4. Es posible también un nuevo entendimiento con la federación y la política de AMLO. 
  5. Se incrementa la competencia en Morena por la gubernatura, y son sólo dos las figuras visibles hasta el momento: Nacho Mier y Alejandro Armenta.
  6. La oposición, sobre todo el PAN y el PRI deberán redefinir su estrategia, y pronto.