Compartir es amor

La columna de Erika Rivero Almazán

“El grupo Pelle T3 sigue activo. El propietario Rockubungi me bloqueó y lo puso en privado, los links para acceder los tenían en Reddit pero ya los dieron de baja”. Es la publicación en Instagram del colectivo Sororidad Poblana.

Y va lo peor:

“Instagram nos amenazó con cerrar nuestra cuenta, no deja de eliminarme publicación. ¿Algún consejo?”.

Las activistas de Sororidad Poblana también hacen pública una de las últimas amenazas de este grupo de hombres que continúan extorsionando a sus víctimas en el ciberespacio.

David Soni le escribe en su perfil a su expareja:

“Hola, pásame tu pack o más gente sabrá lo zorra que eres y dónde encontrarte… ya hay muchas fotos y videos sobre ti”…
El colectivo comenta sobre este mensaje: “Una de las amenazas que recibió una de nuestras víctimas, amenazándola con ir a su casa o a su universidad”.

Estos casi 300 hombres, que forman parte del grupo VIP de Telegram, sigue violentando a las mujeres poblanas, además de las 150 que ya tiene comprometidas a través de material explícito sexual.

¿Y la policía cibernética?

En estos días todos los medios de comunicación llevaron la historia.

Hasta declaraciones del gobierno del estado hubo: que ya se abrió una carpeta de investigación para llegar hasta las últimas consecuencias.

Autoridades y políticos hicieron declaraciones: la indignación y la promesa de hacer justicia fue la promesa.

La realidad es otra.

Y muy distinta.

Es la sociedad civil y grupos de activistas quienes siguen denunciando el abuso y continúan dándole seguimiento y denunciando a los violentadores.

Con mucho valor.

Y sin ningún tipo de protección.

Es la fecha que no existe ninguna carpeta de investigación.

Es la hora que la Policía Cibernética no ha dado la cara.

Es momento en que la Unidad Especializada en Delitos Sexuales no hace su trabajo.

¿Por qué?

Porque la ley en Puebla sigue otro curso, muy distinta a las declaraciones del gobierno.

Verónica fue violentada por su novio. Él la amenazó con difundir fotografías de su desnudez si se atrevía a terminar con él.

A Verónica no le importó.

Fue entonces que al correo de Verónica llegó le mensaje del Grupo Vip, de Telegram, para amenazarla con difundir sus fotografías en redes sociales.

Verónica, sola, con vergüenza, con un sentimiento enorme de indefensión, buscó auxilio en la justicia de Puebla.

Desde el pasado 22 de noviembre del año pasado acudió al Ministerio Público, a la Unidad Especializada en Delitos Sexuales para levantar su denuncia (2333/2021).

Pero no le abrió una carpeta de investigación porque “el personal había salido de vacaciones”.

¿Vacaciones en noviembre?

Esta es la realidad de la justicia en Puebla.

Y no hay otros datos.