La columna de Erika Rivero Almazán
Morena no podía ser la excepción en la ruta trágica de adelantados, presiones, traiciones, pasiones y engaños… o engañados.
En la renovación de la dirigencia que se vivió este fin de semana se restableció el orden y la prudencia, que un grupo, el de siempre, intentó desestabilizar a como diera lugar en la ruta ya trazada con el objetivo de crear caos y enquistar a sus alfiles: estamos hablando del clan Rivera Vivanco.
Esto porque Roberto Zatarain Leal, hoy convertido en diputado por pertenecer al grupo político de Claudia Rivera Vivanco, actual diputada federal, empezó a avivar una línea discursiva que nada tenía que ver con la realidad: que Mayte Rivera Vivanco, convertida en regidora de Puebla capital y hermana de Claudia, sería la próxima presidenta del partido vino tinto, en sustitución de Olga Lucía Romero Garci-Crespo, y nada menos que por una orden directa de la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, a través de Luisa María Alcalde.
Bueno, eso lo comentó Zatarain.
Si la historia fue exagerada o faltaba a la verdad, lo cierto es que algunos miembros de la militancia y simpatizantes la creyeron.
Si, algunos de ellos, pertenecientes a colectivos de izquierda que suelen acudir gustosos a marchas y plantones, como aquella en la participaron en contra de Pepe Chedraui exigiendo que no fuera el candidato a la alcaldía ¿se acuerda?.
En ésa ocasión, ya todos quienes habían alzado la mano para esa cartera estaban con Pepe; todos menos ellos.
¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Al mas puro estilo nostálgico del PRD, el clan Rivera Vivanco estaba dispuesto otra vez a dar la batalla.
Sólo que en una guerra que no existía.
Es más, nunca existió.
Si la versión de Zatarain cobró fuerza se debió a varios motivos:
Pavel Gaspar Ramírez, diputado local y personaje cercano al gobernador electo fue uno de los nombres que se barajó, incluso se mencionó en varias columnas periodísticas. Era una versión verdadera.Pero la propuesta no se concretó y Pavel declaró a los medios de comunicación que declinaba de esta aspiración.
Fue entonces que se mencionó que sería una mujer quien tomaría las riendas de Morena.
Y con esas dos circunstancias, la historia de Zatarain cobró tintes de verosimilitud.
La sed de poder del clan Rivera Vivanco se evidenció una vez más.
Y sin ningún disimulo.
Sólo ellos pasaron por alto que Puebla está a 3,2,1 de llegar un nuevo líder moral del partido.
Y lo que se requiere en este momento es que se mantenga la estabilidad y el orden.
Fue por eso que Olga Lucía Romero Garci-Crespo se mantuvo en la dirigente estatal de Morena en Puebla por otros tres años (es presidente desde agosto de 2022), tal y como lo acordaron, sin despeinarse y por unanimidad los 131 miembros del Consejo Estatal de ese partido.
Lo que si se renovó fue el resto del Comité Estatal: Secretaria General, Guadalupe Siyancan Peregrina; Secretaria de Organización, Arturo Graciel López; Secretaria de Finanzas, Miriam Ávila Peralta; Secretaria de Comunicación, Isabel Martínez Peñuñuri; Secretaria de Formación Política, Wendolyn Aguilar Sandoval; Secretaria de Derechos Humanos, Carlos Hernández y Secretaria de Mujeres, Elizabeth Marín Peña.
Un dato interesante: De las 7 secretarías renovadas, 5 fueron para mujeres.
Es por eso que en donde reina el orden y la gobernabilidad, los arrebatos y las maniobras maliciosas quedan evidenciadas.
Y de qué manera.