La columna de Erika Rivero Almazán
Lo malo:
Se espera un relámpago, una novedad.
Nada.
El arranque de campañas electorales, sobre todo por la gubernatura, se realizó este domingo de Semana Santa, sin mayores sorpresas: plazas saturadas de simpatizantes para mostrar ‘el músculo’, pero la gran mayoría de gente se mostró indiferente a la agenda política: estaban en su descanso o en sus días de asueto. El domingo de Resurrección no fue un día para comunicar un mensaje tan importante para el futuro de Puebla.
Armenta y Sheimbaum ganan el discurso:
Sin embargo, la 4T supo aprovechar sus fortalezas presentando un mejor discurso: Claudia Sheinbaum sacó provecho al jugar con la percepción de que será la próxima presidenta de la República y dijo que será con Armenta con quien podrá trabajar para impulsará proyectos conjuntos: El tren de pasajeros México, Puebla y Veracruz, mejoramiento de la carretera Mixteca, tecnificación del campo con páneles solares, construcción de agroparques, además de tocar una fibra sensible, precisamente en Izúcar de Matamoros: la agenda migrante. Salud casa por casa y programas sociales para mujeres de 60 fue un extra.
En general, se vio un entendimiento real entre Sheinbaum y Armenta, uno a uno, un juego de parejas ensayado y de entendimiento orgánico.
Armenta y Pepe Chedraui fueron cobijados con esta herencia de triunfo de Sheinbaum, al menos en la percepción nacional.
Discurso azul descafeinado
Eso no sucedió entre Eduardo Rivera y la candidata presidencia Xóchitl Gálvez, cuyo discurso descafeinado y lleno de lugares comunes no abonó nada a la expectativa que se tenía del candidato azul, de quien se esperaba una propuesta más sólida, comprometida y, también hay que decirlo, incendiaria: quien va en la segunda posición tiene el compromiso de subir el volumen y manejar un discurso disruptivo, que jale los reflectores.
Eso no pasó con Eduardo Rivera.
Sus 10 propuesta son parte de su propia agenda municipal.
Sin novedad ni aporte adicional.
No entusiasmaron porque son rescatadas de anteriores gobiernos: el peso a peso para los campesinos, mejorar las corporaciones policiacas, construcción de más calles, aumento del 10% de los programas sociales; rescatar ríos, bosques, los rellenos sanitarios, así como el acceso al agua; crear 500 estancias infantiles en centros regionales y la tarjeta Salud Contigo.
Y por tanto, tampoco abonó al candidato a la alcaldía, Mario Riestra (tal vez por eso acordaron al día siguiente una rueda de prensa en conjunto para exponer una propuesta de Seguridad Pública, intentando cubrir la deficiencia de ese domingo).
Su arranque de campaña dejó pasar la oportunidad de causar una primera buena impresión.
Creo que el equipo de Eduardo Rivera se equivoca al tratar de invisibilizar los logros de Rafael Moreno Valle, así como el triunfo de Martha Erika Alonso en la gubernatura (aunque fue por pocos días).
La gente desconoce que Eduardo y Rafael nunca congeniaron al ser de equipos distintos, pero lo que sí sabe es que considera a Moreno Valle mejor gobernador que Luis Miguel Barbosa; esa es la memoria inmediata que tienen los poblanos, y Eduardo Rivera no lo aprovecha, y sólo recuerda (por milésima vez) que ya le ganó a Morena por más de 20 puntos a Claudia Rivera en el 2021.
La siglas PAN, como cualquier partido, es un símbolo, que un político profesional y pragmático sacaría provecho, más allá de dogmas improductivos.
Esa lectura ya la entendió Armenta: de ahí que sumó a su campaña a tirios y a troyanos.
PAN ganó percepción de batalla en la zona conurbada
La sorpresa fue la movilización: al parecer el PAN fue la sorpresa, pues el día D de arranque, en la plaza de la Victoria reunió a 15 mil personas (la cifra oficial dice 20 mil) cuando los azules no se caracterizan por la operación de movilización, ése es el fuerte de MORENA, que también presentó una cifra similar al PAN (la versión oficial fue de 25 mil personas), cuando se esperaba que la 4T aventajara y por mucho a sus adversarios.
No fue así.
El ‘músculo’ de ambas coaliciones fue muy similar, lo que significa que, al menos en la zona conurbada, el PAN tiene aliento para la lucha y que podría ser una batalla muy cerrada en estos municipios, entre los que destaca la capital y las Cholulas.
En lo personal, creo que la coalición del vino tinto debió enfocarse más en la capital, dado que es ahí en donde presenta su mayor competencia.
Y Eduardo Rivera y Mario Riestra aprovecharon el acrecentar la percepción de competencia en esta zona de Puebla.
Esto apenas está empezando.
Pero el que pega primero…