La festividad tiene su origen en la tradición cristiana que marca 40 días después de la Navidad.
Redacción Los Conjurados
El Día de la Candelaria, celebrado cada 2 de febrero en varios países de América Latina y España, tiene como eje central la imagen del Niño Dios y la Virgen de la Candelaria. En México, este día se conmemora con una fiesta que incluye tamales, atole y una misa en honor a la Virgen y al Niño Jesús. Sin embargo, más allá de la celebración, este día invita a reflexionar sobre la situación de las infancias en contextos de vulnerabilidad.
El Mtro. Conrado Zepeda Miramontes, SJ, académico de la IBERO Puebla, hace un llamado a la sociedad para recordar la importancia de proteger a las niñas y los niños, en especial a aquellos que viven en situaciones de migración, pobreza o violencia. «El Día de la Candelaria debe ser un recordatorio de que la infancia es un sector vulnerable que necesita nuestra atención y protección. Como sociedad, debemos asegurarnos de que todos los niños tengan las condiciones para desarrollarse en un entorno seguro», afirmó Zepeda Miramontes.
La festividad tiene su origen en la tradición cristiana que marca 40 días después de la Navidad, en el que se celebra el momento en que la Virgen María y el Niño Jesús reciben la bendición. En México, la tradición involucra la compartición de la rosca de Reyes el 6 de enero, y quien encuentra la figurilla del Niño Dios debe invitar a tamales y atole el 2 de febrero. Sin embargo, Zepeda Miramontes señala que la celebración también debe ser un espacio para reflexionar sobre el bienestar de los niños más vulnerables.
Este Día de la Candelaria, al rendir homenaje a la figura del Niño Jesús, es fundamental recordar que, en muchos casos, los niños enfrentan realidades difíciles que requieren el compromiso de todos para proteger sus derechos y garantizarles un futuro mejor.