-Si tú la querías, me hubieras dicho… lo hubiéramos arreglado de otra forma, pero no así… con la sorpresa, entre tanto chisme…
El tono era ‘sentido’, ó mejor dicho, resentido.
René Sánchez Galindo, acostumbrado al enojo y a la rabieta, dejó ver su parte ‘sentida’.
Porque no era el reclamo para el enemigo, al adversario político, era para su amiga, su leal amiga.
-No, no, las cosas no son así René, tu eres mi hermano, a mí no me interesa la candidatura, y menos de tu distrito, aquí hay mano negra. Que no nos hagan ruido ‘los otros’.
Y es que al exsecretario de Gobernación Municipal se le cayó todo en un minuto, cuando le explicaron que siempre ya no sería el candidato a diputado federal por el distrito 12 con cabecera en Puebla, pues por asuntos de género, deberá ser nominada una mujer.
Que pongan a mi esposa, fue la petición inmediata de René.
La propuesta fue bateada de inmediato.
La vacante era demasiado apetitosa para los grupos internos de Morena, que, por supuesto, ya tenían una lista de alternativas, todas antes que una Liza Aceves o alguien identificada dentro del grupo de Claudia Rivera.
Que vaya, entonces, una propuesta del gobernador, comentaron los interesados.
Era lo lógico, y como ya había pasado en otras demarcaciones, en donde el gobernador llevó mano.
Para espantar cualquier posibilidad de los barbosistas, metieron el nombre de Liza.
Y para colmo, la última en enterarse fue la propia Aceves.
Pero para los protagonistas de este juego de la silla, Liza fue un nombre que ocupó el asiento mientras se solucionaba un problema de asignación de candidaturas por género que llegó a involucrar hasta el estado de Baja California.
De ahí que el reclamo de René vía celular, tomara a la exsecretaria, confidente y mejor amiga de Claudia Rivera, fuera de base.
El reclamo tomó tintes de divorcio, de guerra fratricida.
El rumor corrió: se empieza a desgajar el grupo político de Claudia Rivera por ambiciones personales y de poder.
René está enojado con Liza.
Lo traicionó.
Es el principio del fin de los claudistas.
Y sí, todo eso pasó en un par de horas.
Pero la tormenta pasó.
Le tuvieron que explicar a René que el nombre de Liza fue utilizado para un fin: que el grupo de Claudia Rivera no perdiera esa posición mientras el partido a nivel nacional y los abogados de los claudistas se hacía bolas con las asignaciones y calculaba en la báscula al género femenino y masculino en las etiquetas de las candidaturas.
Claro, la versión oficial fue otra.
Siempre es otra.
La segunda llamada ya no fue de reclamo.
Sino de disculpa.
Es que no sabía, sólo dijo Rene, y yo pensé…
Fue un giro de 360 grados.
Inútil, desgastante, para que todo volviera a quedar igual.
Sánchez Galindo siempre si va por el distrito 12
Y los ‘hermanos de lucha’ como ellos mismos se llaman, volvieron a serlo.