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La columna de Erika Rivero Almazán

Nunca blofearon.

Néstor Camarillo, Isabel Merlo y el propio Jorge Estefan Chidiac hablaron en serio cuando declararon que el PRI estaba listo para encabezar la alianza electoral del 2024: eso sí, jamás restaron créditos al favorito de hoy, el alcalde Eduardo Rivera dado su nivel de conocimiento y aceptación en las encuestas: es el aspirante a la gubernatura más competitivo para representar a la alianza electoral del PAN, PRI y PRD… pero también es una apuesta muy arriesgada poner todos los huevos en una misma canasta.

Ya sabemos que en Puebla puede pasar todo.

Por eso el PRI poblano quiere entra al juego y estar preparado con varios bateadores emergentes.

“Si el PAN va por la gubernatura, los priístas vamos por la alcaldía de Puebla, o viceversa… la alianza tiene que ser entre iguales, y si ellos tienen más influencia en la zona metropolitana, nosotros lo tenemos en el interior del estado, es por eso que ambos partidos sabemos que nos hacemos más fuertes juntos, y nuestras alianzas en Puebla con el PAN y PRD van caminando muy bien para el 2024”: Nestor Camarillo (Los Conjurados. Marzo 18.24)

En las mesas de trabajo con Augusta Díaz de Rivera y Carlos Martínez Amador ya se puso sobre la mesa este planteamiento.

Porque también se maneja como un hecho posible que si Eduardo Rivera no optara por la gubernatura, pero sí por la reelección a la alcaldía de Puebla, entonces quedaría vacante esa posición.

Por supuesto, esto fue avalado antes por el líder nacional Alejandro Moreno Cárdenas, que ve con buenos ojos a Jorge, y con quien lleva una entrañable amistad desde hace años.

¿Pero por qué Jorge Estefan Chidiac?

Necesitaríamos un extenso espacio para hablar de la trayectoria política de Jorge, actual coordinador de la bancada priísta de diputados locales. Es uno de los pocos poblanos que cuenta con las mejores relaciones, conexiones y experiencia en la política con alcances nacionales. Tiene que ver con todos los actores locales, y no es un secreto sobre su cercanía con el gobernador Luis Miguel Barbosa.

Conoce no sólo al PRI como la palma de su mano, sino a toda la geografía electoral poblana.

Muy posiblemente sería un excelente gobernador.

La duda es ¿cómo sería como candidato? Distintas encuestas lo posicionan en un quinto o sexto lugar de otros competidores, tanto en intención de voto como en conocimiento.

Y eso no es nada bueno.

Ganar en la mesa política no significa ganar en las urnas.

Aún con el respaldo del PAN y el PRD no podría convertirse en un competidor que pusiera en aprietos al candidato de Morena, que hasta el momento, parece que son sólo dos: o es Nacho Mier o es Alejandro Armenta.

Si el plan B de la alianza en Puebla para la gubernatura llegara a concretarse en la figura de Jorge Estefan Chidiac requiere de incluir una estrategia de proyección y comunicación para subir sus niveles de popularidad.

El punto es que es difícil imaginar a un Jorge Estefan, elegante y sobrado, caminando en las calles, estrechando manos, puebleando, o subiendo historias en redes, fotos en Instagram y metiéndose al mundo multimedia de la nueva propaganda política digital.

Además, es la fecha en que no hay un pronunciamiento oficial de Jorge alzando la mano para esta posición, lo cual, permitiría que se subiera al ranking oficial y tuviera nuevas mediciones, saber dónde está parado y tomar las medidas necesarias para convertirse en un candidato potencial y competitivo.

Ahí está el reto hoy.

¿Lo terminará de tomar Jorge Estefan?

Lo veremos.

Pronto.