Compartir es amor

La columna de Erika Rivero Almazán

Llevaba en el sigilo varios meses: observando a lo lejos, esperando.

Hasta que la oportunidad saltó: el regreso a la vida pública (qué mejor que un tw) de Jorge Aguilar Chedraui para propinar un golpe a su objetivo: el alcalde Eduardo Rivera Pérez, mostrado en un video de edición casera en donde primero promete no meterse en la vida interna del partido, y después, en días recientes, con micrófono en mano, invitando a apoyar a su fórmula, Augusta Díaz de Rivera y a Marcos Castro.

El alcalde no ha respondido.

Y es que en la ecuación panista, no se trata sólo de un tw bélico más, como muchos que se ven a diario en la redes sociales.

Las lecturas son variadas:

  1. Eduardo Rivera es el principal operador de Augusta – Marcos. Todos lo sabíamos pero aquí quedó evidenciado. Y ya no es lo mismo porque ahora el alcalde, al subirse al ring de forma abierta, pública y oficial, deberá mostrar el músculo político para ganar esta elección, la antesala de su proyecto para convertirse en el candidato a la gubernatura en el 2024.
  2. De ser así, ganar, Rivera Pérez consolidará su propósito, y no queda duda que cerrará la puerta con doble candado al equipo de Genoveva Huerta. La conciliación entre ambos grupos, por la efervescencia demostrada, se presume muy poco probable.
  3. En pocas palabras, si gana, la corona es suya, si pierde, será su primera derrota.
  4. Aguilar Chedraui vuelve por sus fueros y se meterá a fondo a operar la elección por la dirigencia del PAN apoyando a la presidenta con licencia, Genoveva Huerta, quien de por sí lleva una ventaja, y es amplia: es lógico, lleva 3 años recorriendo el estado de arriba abajo, negociando, seleccionando candidatos, llevando campañas (las más agresivas en la historia de Acción Nacional), ampliando el escenario nacional, apoyando a su líder nacional Marko Cortés, con quien hasta el momento lleva una buena relación.
  5. Es cierto que también Genoveva Huerta lleva a cuestas un desgaste y todos los heridos de las recientes elecciones que no fueron respaldados por ella, pero de igual forma ganó adeptos y seguidores.
  6. Eduardo Rivera tenía un candidato: Marcos Castro, un elemento confiable y fiel hasta la muerte. Pero en el momento que el CEN cambió las reglas para Puebla al ser mujer la próxima dirigente, el hueco en el campo de reacción fue profundo. Y fue un tiempo precioso perdido. Las siguientes acciones no fueron mejores: Ana Tere si va, y siempre no. La bateadora emergente fue Agusta Díaz de Rivera, un perfil aguerrido, sí, pero con años de no hacer campaña ni pisar el interior del estado. Muchos jóvenes panistas no la ubican y mucho menos la recuerdan en su campaña al senado, de la mano del Tigre, Humberto Aguilar Coronado. Y la posición en que quedó Marcos Castro como secretario general es incierta. ¿Alguien puede creer que el As del alcalde quedará reemplazado por Augusta? Complicada situación. No era el momento de Marcos (por la cuestión de género) ni era el momento de Tití (por cuestión de tiempo).
  7. Pregunta ¿no hubiera sido mejor para el alcalde Eduardo Rivera proponer otra fórmula?, ahí esta Blanca Jiménez con Rafael Micalco, combinando experiencia y tablas nacionales. En fin, perfiles había para responder a la exigencia de las circunstancias y nivelar la ventaja que de por sí lleva Genoveva, por obvias razones.
  8. Y sin embargo, Huerta no se confío. Hubiera sido un error. La campaña está organizada con puntos finos de precisión (como cambiar la ruta para permanecer más tiempo con la militancia panista de Tepeaca, la tierra de Chucho Morales, quien renunció a su posición en el partido para sumarse a Eduardo Rivera: la operación cicatriz ameritaba la permanencia de Genoveva).
  9. Premiar sólo la lealtad y fidelidad no es suficiente: se requiere perfiles ganadores que aseguren votos e influencia panista en todo el estado.
  10. En contraparte, por falta de tiempo y logística, la campaña de Augusta y Marcos fue incompleta: no recorrieron los bastiones principales del PAN en el interior, y se centraron en las Cholulas y la capital. La capacidad de reacción no fue eficiente.
  11. Quien minimice el poder de acción de Jorge Aguilar al interior del partido está cometiendo un error. No es un enemigo menor, y por lo que vemos, su tiempo de espera terminó. Va con todo. Es ahora o nunca. Gana todo o pierde todo. Alguien que sabe esto, es doblemente peligroso.
  12. ¿Quién va a ganar? Hay competencia, pero hay acciones medibles que nos pueden dar una idea. Ambos grupos coinciden en que es amplia la ventaja para el ganador. Pero ambos tienen otros datos. Se los cuento mañana.