Conoce el caso de la señora Rosa María, quien llevaba 23 meses sin ver a sus nietas.
Redacción Los Conjurados
La violencia vicaria afecta directamente a la mitad del árbol genealógico de la familia en cuestión, principalmente a las abuelas; pero en Puebla hubo un avance muy importante. Así lo destacó la diputada Aurora Sierra.
Durante entrevista en Los Conjurados, programa conducido por la periodista Érika Rivero Almazán, mencionó el caso de Jésica Estrada, y su madre, Rosa María SantaAna. El jueves 17 de noviembre, un juez aplicó perspectiva de género en el caso, y permitió que a la abuela poder ver a sus nietas.
La señora llevaba 23 meses sin ver a sus nietas. Siempre convivió con ellas.
La violencia vicaria permea en la familia, no se debe de olvidad esa identidad, es primordial; con tantos años que las niñas o niños pasen con el padre violentado, pueden perderla.
En ese sentido, el abogado de las víctimas, Omar Botello, dijo que gracias a la Ley Vicaria, hay visitas y convivencias provisionales en favor de la abuela.
En el caso de la señora Rosa María, podrá estar físicamente con las menores dos horas cada ocho días, aunque Jéssica todavía no puede hacerlo, solamente en línea una hora cada semana; por retroactividad de la ley, todo lo que haya pasado antes del 3 de agosto no puede ser violencia vicaria, solo hasta que se haya actualizado el delito penal, por ello una puede y la otra no.
LA ESTRATEGIA
El abogado explicó que la estrategia marcó precedente para las abuelitas, y hasta para la familia completa.
Explicó que se deben presentar pruebas que narren cómo las niñas o los niños merecen estar con sus familiares, cómo representan una buena influencia y el estar alejados les puede afectar en su desarrollo.
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