Compartir es amor

La columna de Érika Rivero Almazán

¡Te queremos de presidente Alito! ¡Ve por la presidencia de la República!

Era Sandra Montalvo que interrumpía a Alejandro Moreno Cárdenas, desde media cancha de la arenga priista…

La multitud, que llenó el estacionamiento del edificio del PRI Puebla siguió el grito de Montalvo: » Alito presidente, Alito presidente»…

El líder nacional, carraspeó, pero reaccionó inmediato, improvisando, sorprendido por el sobresalto…

«No, no… -se le pintaron las mejillas: estamos concentrados de la Asamblea, en el partido… y no nos vamos a distraer. Hay mucho por hacer…»

Habló de recuperar la presidencia de la República».

De construir un candidato a gobernador para Puebla.

De repetir la fórmula de Alianza Va por México.

De que Partido Morena es un ave de paso.

Y una tragedia para México.

De seguir trabajando con una coalición de gobernanza.

De repetir la alianza Va por México en la elección del 2022, para prolongarla en el 2024.

Pero ojo: que estas alianzas también pueden y deben ser encabezadas por priistas.

¿Y estamos hablando del caso de Puebla?

¡Claro que si!

La respuesta priista fue el grito: «Si se pude, si se puede».

El sonido de la batucada, la banda, el tambor, revoloteó en el edificio del Pri de la Diagonal, haciendo eco la vieja gloria de los años dorados.

Alito habló de la urgencia de partido moderno, digital y abierto a lo local y a lo mundial.

«Vamos a regresar y vamos a volver a ganar: el PRI sabe cómo y tiene con qué».

¡Bravo!

La caricia sí llegó para los heridos: gracias a todos aquellos que no ganaron pero que salieron a pelear, hoy el PRI está más vivo que nunca.

Dijo.

La ola salvaje de las selfies sacudió a un Alito que se dejaba bambolear de un lado al otro, feliz, satisfecho de su visita a Puebla.

Y de ahí el resto.

Melquiades Morales Flores el más querido.

Charbel Jorge Estefan Chidiac en primera fila.

Maria Isabel Merlo Talavera, la más aguerrida.

Javier López Zavala, el que quiere volver y no termina.

Néstor Camarillo, luchando a codazos por defender su lugar.

Xitlalic Ceja, la más apapachada por la militancia.

Sandra Montalvo y Karina Romero, sonrientes y en movimiento.

Javier Casique Zárate, cerrando la pinza.

La super banda siguió tocando mientras el edificio se vaciaba, cosa que sucedió hasta 3 horas después.

El PRI quiere volver.